Rocío Menéndez Pérez, primera cocinera del restaurante del hotel Palacio de La Llorea, de Gijón, ganadora del I Campeonato de Asturias de pinchos y tapas.

El I Campeonato de Asturias de pinchos y tapas, que se clausuró ayer en Oviedo con una participación de noventa establecimientos, va camino de convertirse en «un clásico de estos certámenes en España». Así lo coincidieron en pronosticar las distintas personalidades que participaron en la entrega de premios. Por ejemplo, el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, y el presidente de la Academia Asturiana de Gastronomía, Eduardo Méndez Riestra.

El ganador de este evento, que contó con la colaboración de LA NUEVA ESPAÑA, fue el restaurante gijonés Palacio de la Llorea, y, en concreto, para su primera cocinera, Rocío Menéndez. El segundo premio recayó en el restaurante Blanco, de Cangas del Narcea, con su cocinero José Blanco al frente, y el tercer premio lo recibió David Balbona, del restaurante Balbona, de Pravia.

Méndez Riestra destacó que el presidente de la Academia Internacional y Nacional de Gastronomía, Rafael Ansón, ya destacó que este Campeonato de Asturias era el mejor de España, y reconoció que «el alto nivel de los participantes hizo muy difícil el trabajo del jurado», del que formaba parte. Los siguientes fueron otros premios concedidos:
l El premio jurado popular LA NUEVA ESPAÑA fue para José Ignacio Moral López, del hotel-restaurante San Martino (Villallana-Lena), por su pincho «Tronco de salmón a la sal sobre crema de cacahuete y confitura de tomate».
l La mención Asturias Paraíso Natural al pincho con sabor asturiano fue para La Sidrería, de Oviedo, por su «Fondue Asturias», de la que es autor Sergio Varela.
l Y el premio al mejor maridaje con cerveza fue para el restaurente gijonés Bellavista por su «Montadito en ensalada de xarda», elaborado por José Luis González.

ROCÍO MENÉNDEZ PÉREZ JEFA DE COCINA DEL RESTAURANTE PALACIO DE LA LLOREA
Rocío Menéndez, de sólo 30 años, es ya toda una autoridad en la cocina asturiana. Ayer pasó la prueba de fuego al convertirse en la ganadora del I Concurso de pinchos y tapas de Asturias. Lleva en los fogones del restaurante gijonés del Palacio de La Llorea desde su inauguración, hace cuatro años y medio. Su pincho, sándwich de dos chocolates y micuit con puré de frutos rojos, forma parte desde ayer de la historia de la gastronomía asturiana.
-¿Cómo surgió este pincho?

-Hicimos varias pruebas para elegir una con la que finalmente nos presentaríamos al concurso, y la verdad es que fue la primera por la que nos inclinamos por sus texturas y diferentes sabores. Parece que acertamos.
-¿El secreto del triunfo?

-Tal vez la vistosidad, la diferencia de sabores que van desde el dulce al amargo del chocolate a la acidez de la fruta. Y sobre todo que fuera un pincho que se pudiera comer con las manos y que te dejara el suficiente buen sabor de boca como para chuparte los dedos manchados con el chocolate fundido.
-Un pincho muy arriesgado para un primer concurso de este tipo.

-La verdad es que sí, pero nosotros decidimos apostar por un conjunto de sabores armónicos que estallaran en la boca por la mezcla del crujiente del chocolate y el sabor peculiar del foi potenciado por la sal.
-No sería una tarea fácil...
-Fue un fruto del trabajo en equipo de las cinco personas que trabajamos en la cocina, que además somos todos jóvenes y con mucha ilusión. Cada uno aportó su idea y después empezamos a probar hasta conseguir el resultado que nosotros consideramos que era el final.
-¿El nivel de los participantes?
-Muy alto, mucho más del que nos imaginábamos. Desde el principio nos dimos cuenta que la cosa estaba muy difícil, y de hecho no confiábamos ni siquiera en llegar a la final. Por eso este premio para nosotros fue una gran sorpresa.
-¿Un pincho para perdurar en el restaurante o sólo para ganar el campeonato?

-Lo mantendremos durante un tiempo, pero después lógicamente habrá que cambiar por otros nuevos. Ilusión no nos falta para seguir adelante ideando siempre nuevos pinchos.
-¿Éste exige una elaboración larga y complicada?
-Unos diez minutos. Lo que es el montaje es sencillo una vez que están preparados todos los ingredientes; pero la elaboración lleva mucho más tiempo porque hay que temperar el chocolate, laminarlo, cortarlo y después está también la elaboración de la terna del foi.
-¿Qué comentaban los clientes cuando lo probaban?

-Al restaurante vino mucha gente, pese a que estamos a las afueras de Gijón, a probarlo y les gustó mucho.

Fuente: LA NUEVA ESPAÑA