Por Carlos Suárez, presidente de FORO Oviedo e Ingeniero de Tráfico, en El Comercio

Edimburgo, 2004, principio de curso, clase de modelización de transporte, nos piden resolver un ejercicio sobre una red urbana congestionada. Propongo una alternativa con una nueva carretera en túnel. En mi mente parecía un buen plan, en la del profesor claramente no. Me dijo que había resuelto el problema, pero sin alternativas, con la solución menos ingeniosa, con el mayor coste para las arcas públicas, con el mayor coste medioambiental y que la mejora en tiempos era tan nimia en el futuro que al final apenas tendríamos un 15% de retorno de inversión, me advirtió que resolver el problema no era tan importante como desarrollar otras alternativas así como salvaguardar la inversión pública que es limitada.

Oviedo, 2021, ejercicio similar. Nuestra ciudad está basada en una red circular (Ronda interior) con origen en el Plan Gamazo de 1941. La ciudad siguió creciendo, pero nunca apareció un ideólogo que trazase una segunda ronda o viales concéntricos que ayudasen a realizar conexiones trasversales sin obligar a pasar por la ronda interior u ofreciese soluciones de transporte público. A partir de los años 90 con la población todavía en fuerte aumento, lo peor está por llegar, nunca hubo una planificación global y se saca la red ferroviaria del centro urbano (Jovellanos), se planifican barrios enteros como entidades independientes a las que no se dota de conexión ni por transporte público ni viaria y se conectan a lo existente sin mas miramiento. Aunque el momento culmen llega en 2011 con el nuevo HUCA, uno de los peores ejemplos en planificación de transporte que se haya visto. En la actualidad sobre la red urbana, hay barrios que tienen problemas de movilidad en varios puntos, en algunos tramos horarios. Hay que buscar una solución.

En planificación de transporte siempre hay cuatro pasos básicos: ¿Cuántos viajeros hay?; ¿Qué destino tienen?; ¿En que modos de transporte pueden ir?; ¿Qué capacidad tienen esas redes de transporte?

Lo mas curioso de este ejercicio es que el Ministerio de Transportes lo ha resuelto como hiciera yo hace 17 años, con una sola opción, la mas costosa para las arcas públicas y aumentando el número de vehículos, especialmente camiones, que hoy van circulan por el exterior atrayéndolos a la zona urbana a la vera de edificios y entornos escolares, sin haber evaluado una solución multimodal, buscando mejoras en medios sostenibles, de transporte público (taxi, autobús urbano, autobús interurbano, tranvía, metro, ferrocarril) o carretera (vía urbana, vía interurbana, vía de alta capacidad).

Pero todo lo anterior no deja de tener cierta lógica ingenieril y olvida lo mas importante: el delicado momento que vive nuestro planeta, la calidad del aire y el coste de las emisiones, así como la conservación de nuestro patrimonio. Es inaceptable plantear el completo destrozo de la ladera del monte Naranco de la forma mas agresiva posible, aceptar el daño sobre nuestro prerrománico, la destrucción del Camino Primitivo, promover el aislamiento de la zona rural, estropear espacios como la Pista Finlandesa o el parque Pura Tomas, dotar de peor calidad de vida a los mas de 2.360 jóvenes escolares del IES Naranco, el CEIP Parque Infantil y el Colegio Loyola, también los futuros usuarios de las pistas de atletismo y por supuesto todos y cada uno de los residentes de los barrios por donde podría transcurrir esta vía.

También hay que poner en contexto Oviedo como parte del mundo, actualmente las ciudades europeas mas avanzadas, social y económicamente hablando, están moviéndose en la dirección opuesta, mejorando la calidad del aire y salud, recuperando espacios perdidos al asfalto para devolverlos a sus ciudadanos que ven mejorar su economía y libertades al tener mas alternativas. Asimismo, el cambio de tendencia en la sociedad española está siendo abrumador, perdiendo el concepto de propiedad del coche o incluso de adquisición de licencias de conducir (a la baja) y pasándose al modelo MaaS en los que cualquier ciudadano puede optar temporalmente a una bici, un patín, una moto o, cómo no, un coche o furgoneta en función de su necesidad puntual, ofrecido por empresas privadas que dinamizan la economía.

Desde esta columna me gustaría plantear algunas alternativas como son conectar Ciudad Naranco y Pumarin peatonalmente por la calle Arcipreste de Hita y la plaza Rodríguez Cabeza; ejecutar planes de movilidad escolar en los centros educativos de Ciudad Naranco con mejoras de rutas de bus escolar e itinerarios seguros peatonales; ampliar aceras en el nuevo diseño del puente Nicolás Soria (por encima de los 3 metros planteadas en el proyecto inicial); mejorar el servicio ferroviario que transita en paralelo por los barrios del este de Oviedo; mejorar el bus urbano, mediante carriles bus, prioridad semaforizada y optimizar su velocidad comercial; solicitar flexibilidad horaria a las empresas para distribuir la demanda de viajes. Y por supuesto no negarnos a soluciones en carreteras, pues hay carreteras que unen y no separan, se debe de desdoblar el vial de bajada de la calle Ernesto Winter Blanco en sus últimos metros, simular alternativas que doten de mayor fluidez la glorieta Luis Oliver, conectar San Claudio con la A-63 que transcurre a escasos 200 metros, incluso abrirse a estudiar otras alternativas de Ronda Norte que sean respetuosas con el medioambiente y con los ciudadanos. El tiempo de obras faraónicas y el despilfarro de dinero público es parte del pasado, los ciudadanos nos reclaman soluciones eficaces a sus problemas.

Por todo lo anterior, solicito a todos los partidos políticos, asociaciones de vecinos, entidades y a toda la sociedad carbayona en general, a realizar una profunda reflexión a tenor del estudio presentado por el Ministerio de Transportes el pasado julio en la búsqueda de alternativas que causen mas beneficio que perjuicios, haciéndonos esta pregunta ¿Estás seguro de que una autopista por el Monte Naranco y que acaba en una glorieta es la solución que Oviedo necesita?

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