Señores Embajadores

Autoridades

Señoras y Señores

Buenos días a todos

 

Quiero que esta intervención sea una prolongación de la bienvenida de ayer. Hoy es su segunda jornada en Asturias y reitero mi deseo de que no sea la última. Tengan por seguro que en esta tierra siempre serán bien recibidos.

 

En su primer día conocieron el puerto de El Musel, el Parlamento autonómico y el Centro Internacional Óscar Niemeyer; hoy recorrerán el edificio histórico de la Universidad de Oviedo y el instituto oftalmológico Fernández Vega. Lo que han visto y lo que verán en estas visitas es muy importante, pero les aseguro que Asturias, este paraíso natural del norte de España, ofrece muchísimo más: no desperdicien la oportunidad de conocerlo a fondo.

 

Mantengo, como dije, que su presencia es una gran oportunidad para el beneficio mutuo. Como ustedes saben, el cimiento de cualquier relación es la confianza; sin ella, cuando lo que manda es el escepticismo y el recelo, no hay relación posible. Y, siguiendo el hilo, no conozco mejor manera de fomentar la confianza que el conocimiento y la comprensión

 

En muchos de sus países trabajan empresas asturianas. En julio del año pasado tuve la ocasión de comprobar en Argel la seriedad con la que funcionan y estoy seguro de que esa experiencia se repite en todos los lugares donde hay presencia empresarial  de Asturias.

 

También el encuentro que ahora iniciarán debe servir para fomentar ese conocimiento y, con él, la confianza mutua. Todos quienes estamos aquí representados –el Ayuntamiento de Oviedo, la Delegación del Gobierno, los representantes empresariales- nos ponemos a su disposición para contribuir a ese objetivo. Les prometo que no les defraudaremos.

 

Asturias es una comunidad paradójica. Hace casi dos siglos inició una transformación que la cambió por completo. Pasó de ser una región agraria a una sociedad industrial. La minería, con la explotación de unos difíciles yacimientos de carbones de hulla y antracita, y la siderurgia marcaron nuestro futuro. Los castilletes de los pozos mineros y los hornos altos se incorporaron a nuestro paisaje, cuarteado de valles y cumbres. Con los astilleros, las fábricas de armas, la minería y la metalurgia, nuestra comunidad cambió por completo.

 

En la segunda mitad del siglo XX, sometidos a una fortísima reconversión, todo ese entramado industrial parecía condenado a hundirse, a convertirse en ruinas, en restos para la arqueología. Sin embargo, logramos superar el impacto de ese duro ajuste. Nuestra economía se diversificó y conseguimos mantener una potente base industrial. Ésa ha sido nuestra segunda gran transformación reciente, aún en marcha. Les puedo hablar de instalaciones siderúrgicas y químicas punteras en Europa, de producción de zinc, de astilleros, de empresas de ingeniería, de una larguísima lista de materias primas, manufacturas y nombres propios de empresas. Ustedes las conocen porque los bienes de equipo, las ingenierías,  el hierro, el zinc y el acero lideran las exportaciones asturianas a sus países.

 

Pero les decía antes que éramos una comunidad paradójica. Les explico por qué: porque, pese a la intensidad de los procesos que les he resumido, hemos sabido conservar nuestra riqueza natural y paisajística.  De hecho, nosotros presumimos, y con razón, de tener la costa mejor conservada de España. En muy poco tiempo, menos de una hora, ustedes pueden viajar desde una de las plantas siderúrgicas más modernas de Europa a una reserva de la biosfera, impresionante en su riqueza y belleza.  Ésa es una característica que muy pocas comunidades pueden ofrecer. Por ello, tanto el turismo como la industria agroalimentaria, con gran capacidad de desarrollo, son dos vectores de futuro del Principado. De nuevo, les hablo de algo que tampoco les es ajeno: los productos lácteos, las sidras sin alcohol y las conservas asturianas también forman parte de nuestras exportaciones a sus naciones.

 

Pese a estar en la periferia de España, a lo largo de las últimas décadas hemos desarrollado una buena red de infraestructuras de comunicaciones. Quizá uno de los ejemplos más destacables sea la ampliación del puerto de El Musel que ustedes ya tuvieron la oportunidad de conocer, una auténtica plataforma de comunicación con Iberoamérica, el norte de Europa y el resto del mundo. ´

 

Para no extender demasiado esta intervención, llamo la atención sobre otros dos rasgos que nos distinguen. Uno lo forman nuestros servicios públicos y, en particular, nuestra sanidad, completada con una oferta privada de prestigio internacional. Están ustedes, sin duda, en la capital médica del Norte de España. El segundo rasgo lo aporta nuestra Universidad, con más de 400 años de historia y distinguida con el sello de excelencia internacional.

 

Les resumo: belleza y protección de nuestros recursos naturales, tradición y fortaleza industrial, potencia agroganadera, una adecuada red de comunicaciones, una gran dotación sanitaria, una universidad de excelencia. En todos y cada uno de estos ámbitos, decir Asturias equivale a decir calidad. Les invito a que lo comprueben. Éstas, permítanme decírselo así, con un lenguaje que les es muy propio a los diplomáticos, son las credenciales, las buenas credenciales que les presentamos.

 

Merece la pena compartir proyectos e inversiones con las empresas asturianas. Les animo a ello convencido de que el beneficio será mutuo.

 

Como toda Europa, y especialmente la Europa del sur, sufrimos las consecuencias de la crisis. Es innegable y ustedes lo conocen. Pero también intentamos diseñar estrategias que nos permitan afrontarla de la mejor manera posible. Una de ellas es el fomento de la internacionalización de nuestras empresas. A ese propósito responde el Programa Estratégico de Internacionalización, acordado con la Federación Asturiana de Empresarios y las cámaras de comercio. La gestión descansa básicamente sobre la Sociedad de Promoción Exterior, cuyos responsables podrán informarles con detalle sobre sus pormenores. En concreto, para los países de la Liga Árabe están diseñados cuatro ejes de trabajo:

 

 

Señores, esos son nuestros planes y, repito, nuestras credenciales. Se las he expuesto de forma muy sucinta, breve y, permítanme decírselo, honesta, convencido de que, como he repetido, ésta puede ser una gran oportunidad para el beneficio mutuo. Espero que con este encuentro se refuercen la comprensión, el conocimiento y, con ellos, la confianza que unos y otros merecemos. No les robo más tiempo. Les dejo trabajar, seguro de que encontrarán la manera de fortalecer esa confianza imprescindible. Muchas gracias por su visita y vuelvan a Asturias en cuanto puedan. Ésta es su casa.