La consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, ha destacado hoy que todas las mediciones realizadas en los primeros ocho meses de 2015 por la red oficial de estaciones gestionadas por el Principado de Asturias ponen de relieve una mejora generalizada de la calidad del aire en Gijón respecto al mismo periodo de 2014, lo que permite presuponer que este año se volverán a cumplir los límites establecidos por la normativa española y europea en todos los parámetros y para todos los contaminantes.

La titular de Medio Ambiente ha presidido en Gijón la reunión del comité de coordinación y seguimiento de las acciones que se ejecutan para desarrollar el plan de mejora de la calidad del aire en la aglomeración de Gijón. Al encuentro han asistido también los directores generales de Calidad Ambiental, Manuel Gutiérrez, y de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón, así como más de una veintena de representantes de los Ayuntamientos de Gijón y Carreño, la Autoridad Portuaria de Gijón, las Consejerías de Sanidad y de Economía y Empleo, y otros portavoces vecinales, empresariales y de organizaciones ecologistas.

La consejera ha defendido que estas mejoras se deben fundamentalmente a las nuevas exigencias medioambientales de la administración autonómica para la concesión de las autorizaciones ambientales, sumadas a una imprescindible labor de vigilancia y control por parte de los técnicos de medioambiente y a los importantes esfuerzos realizados por los distintos agentes para prevenir o minimizar las emisiones. Así, por ejemplo, ha valorado el compromiso de la empresa Ebhisa, que prevé invertir próximamente en torno a diez millones de euros en El Musel para concentrar el conjunto de los graneles sólidos en un solo emplazamiento y construir edificios de almacenamiento y servicios que sirvan a su vez de apantallamiento, lo que permite minimizar el riesgo de episodios de contaminación del aire, al tiempo que se ahorran costes operativos y energéticos.

Fernández recordado que el Principado cuenta con una red de control de la calidad del aire integrada por 21 estaciones remotas, cinco de ellas ubicadas en Gijón, que captan y almacenan los valores suministrados de forma continua por unos analizadores muy sensibles y con una tecnología altamente compleja. A estas se suman doce más de las grandes empresas de la zona que deben registrar datos en la proximidad de sus instalaciones de acuerdo con los condicionantes de su autorización ambiental integrada.

La consejera ha asegurado que de las cinco pertenecientes a la red oficial solo la estación de Argentina puede presentar todavía valores circunstancialmente anómalos por su cercanía a focos de actividad industrial, si bien los datos reflejan un descenso significativo tanto en el número de días de incumplimiento del valor límite, que han pasado de 16 en los primeros ocho meses de 2014 a 10 este año, como en su valor medio anual, que ha pasado de 32 a 24, respetando los máximos legales fijados en 35 y 40 respectivamente.

 

Asimismo, se ha referido a las mediciones de las estaciones de Arcelor en Tremañes y Monteana, que, aunque no pueden considerarse representativas de la calidad del aire de la ciudad de Gijón por su cercanía a los focos de emisión de partículas, han mejorado también de forma considerable sus índices de emisiones.

También ha recordado que en el marco del plan para mejorar la calidad del aire en el continuo este de Gijón-oeste de Carreño, Medio Ambiente ha diseñado un protocolo de actuación para reducir la contaminación durante los episodios meteorológicos de inversión térmica intensos y persistentes que pueden incrementar los niveles de contaminación por partículas PM10 (partículas inferiores a 10 micras). La inversión térmica es un proceso natural que se produce cuando se invierte la normal circulación del aire en las capas más bajas de la atmósfera y sobre el suelo queda inmóvil una capa de aire frío que impide la circulación atmosférica y dificulta la dispersión de los contaminantes.

El protocolo recoge tres niveles de actuación (aviso, prealerta y alerta) con sus consiguientes medidas, entre las que destacan actuaciones para el control del tráfico, de la actividad portuaria y de las emisiones industriales, así como del uso de las calefacciones, que deberán ser llevadas a cabo por todas las partes implicadas: administraciones, empresas y ciudadanía.