La Consejería de Sanidad recomienda una alimentación sana, ajustada al consumo energético de cada persona, y la práctica habitual de la actividad física para prevenir las enfermedades cardiovasculares, que cada año provocan más de 4.000 muertes en Asturias.

Con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra hoy, la Consejería de Sanidad recuerda que es fundamental seguir una dieta sana, rica en productos vegetales como frutas y verduras, y limitar el consumo de productos procesados y envasados porque suelen tener un alto contenido en sal, azúcar y grasa. También recomienda no fumar, evitar el consumo de alcohol y mantenerse activo durante toda la vida.

Sanidad aconseja también promover la salud del corazón desde todas las instancias, políticas, sanitarias, sociales y educativas. Además, destaca el papel de los ayuntamientos, que ponen a disposición de los ciudadanos espacios destinados al ocio activo.

La consejería subraya la importancia de seguir estas recomendaciones para evitar o retrasar las enfermedades cardiovasculares que, según la Organización Mundial de la Salud, son la primera causa de mortalidad en el mundo. Cada año se cobran más de 17 millones de vidas, una cantidad que representa el 50% del total de defunciones y que en 2030 podría alcanzar los 23 millones.

La evidencia científica muestra que estas patologías pueden ser prevenibles de forma integral: en primer lugar, siguiendo hábitos de vida saludables (en torno a un 75% de las causas están relacionadas con factores como el tabaquismo, el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes o la obesidad); en segundo lugar, mediante una detección precoz y, por último, también es prevenible su impacto una vez que se ha manifestado la enfermedad

En el Atlas de riesgo cardiovascular en Asturias, de 2015, se han estimado los riesgos atendiendo a la edad, el nivel de colesterol total, la tensión arterial y si se es o no fumador y diabético en personas de 25-60 años. En esas edades se ha calculado que existe un 9,7% de riesgo de acontecimiento coronario (angina, infarto de miocardio o con síntomas, mortal o no) a diez años. En personas de 30-74 años el porcentaje es un 9,9%. En todos los modelos de cálculo las mujeres tienen niveles de riesgo más bajos que los hombres.

El Atlas de riesgo cardiovascular sopesa factores que deberían controlarse preventivamente, como la obesidad, los lípidos, la tensión arterial, la diabetes y el tabaco. En este estudio, un 70% de la población asturiana tiene algún tipo de problema por altos niveles de colesterol malo y un 12% muestra índices bajos de colesterol bueno. Aparte, un 33% de la población sufre tensión arterial alta y un 54% sobrecarga ponderal (sobrepeso más obesidad), porcentaje que se eleva al 71% en mayores de 65 años. A esto se une que 36% de la población adulta es sedentaria y un 31% no hace ejercicio.

El mayor problema es que los riesgos se acumulan entre sí. Un 71% de las personas diabéticas tiene al menos sobrepeso y un 41%, obesidad. Por ejemplo, una persona diabética tiene ocho veces más riesgo de tener hipertensión, cuatro veces más de tener dislipemia, siete veces más de sobrepeso, cinco de obesidad y cinco de obesidad mórbida.

Dado que todos estos factores están ligados a la alimentación y al consumo energético alimentario, las recomendaciones para una vida cardiosaludable se basan en alimentación sana, práctica habitual de ejercicio y, si ya se sufre alguno de los factores intermedios de riesgo, mantener un adecuado control de los mismos. Además, se aconseja evitar el consumo de tabaco y alcohol.