Más de 90.000 personas se han vacunado en Asturias en los primeros ocho días de funcionamiento de la campaña antigripal. De ellas, 69.929 tienen más de 64 años, lo que supone una cobertura del 27,7% en esa franja de edad. Entre las personas vacunadas que figuran en los grupos de riesgo, un 79,92% tiene una enfermedad crónica, mientras que hay un 14,53% de personas mayores que han decidido vacunarse, a pesar de no arrastrar ninguna dolencia crónica. También se ha vacunado un 21,23% de personas con edades comprendidas entre 15 y los 64 años y un 1,7% de menores de 15 años.

Para esta campaña, que finalizará el 30 de diciembre, la Consejería de Sanidad ha adquirido 217.000 dosis, con un presupuesto de 565.000 euros. Los interesados en vacunarse deben contactar con su centro sanitario habitual para pedir cita previa. También pueden hacer las gestiones a través del portal www.astursalud.es

Las vacunas son trivalentes, similares a las de temporadas anteriores, y su composición corresponde a las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para esta temporada en el hemisferio norte. La recomendación se establece en función de los virus gripales que se prevé vayan a circular durante el próximo invierno. La vacuna sólo contiene partículas inactivadas del virus, por lo que en ningún caso puede provocar enfermedad gripal y apenas produce efectos secundarios.

Como en años anteriores, la campaña se dirige específicamente a dos grupos de personas: las que presentan un mayor riesgo de desarrollar complicaciones derivadas de la infección gripal y aquellas que pueden transmitirla a los anteriores por un contacto habitual con ellos. Estos grupos se desglosan en:

 

    Niños (mayores de seis meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o pulmonares.     Niños (mayores de seis meses) y adultos con:

    enfermedades metabólicas, incluida diabetes mellitus     obesidad mórbida (índice de masa corporal ?40 en adultos, ?35 en adolescentes ó ?3 DS en la infancia)     insuficiencia renal     hemoglobinopatías y anemias     asplenia     enfermedad hepática crónica     enfermedades neuromusculares graves     inmunosupresión     cáncer     implante coclear o en espera del mismo     trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras.     Mujeres embarazadas durante la temporada gripal (noviembre-marzo).     Residentes en clínicas e instituciones que atiendan enfermos crónicos de cualquier edad.     Residentes y usuarios de residencias de mayores, viviendas tuteladas y centros de día.

 

    Trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria, públicos y privados. Con especial énfasis en los profesionales que atiendan a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos.     Estudiantes en prácticas en centros sanitarios.     Personas que, por su ocupación, trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables.     Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores.     Personas que conviven en el hogar, incluidos niños mayores de seis meses, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo, por su condición clínica especial.

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