
Pues, sí, ni más ni menos, era lo normal en el primer cuarto del pasado siglo, familias numerosas con una decena de hijos en no pocos casos, una economía básicamente agrícola ganadera bastante arcaica y para más INRI en muchos casos en terrenos empinados y difíciles.
No es de extrañar que hubiera un excedente de población que tenía mala cabida en una coyuntura arcaica que no daba para más, no tienen más que ver esa estampa y si son un poco observadores verán que no quedaba un palmo de tierra sin cultivar, vean sino esos maizales que sirven de palos a les fabes que con ellos se cultivaban al unísono que con les patates eran la dieta básica de la época; fabes con patates casi a diario salvo contadas excepciones, con un poco del gochu a veces, que tenía que durar para todo el año.
Así las cosas la emigración - Ultramarina, claro - no había otra, tenía todas las papeletas a su favor, siendo en nuestra zona La República Argentina, Chile, Cuba y en menor medida Méjico los destinos principales de la diáspora en nuestro solar.
Por cierto a ver si me localizan ese entorno, que ahora excepto por el maíz que no hay ni uno aún sigue más o menos como estaba, ya ven.
¡Pues eso...!
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