El consejero de Economía y Empleo, Graciano Torre, ha presentado hoy la Estrategia de Especialización Inteligente para Asturias (RIS3) 2014-2020 a un centenar de empresas e instituciones de la región, en un acto al que han asistido también representantes del Ministerio de Economía y Competitividad, y de la Comisión Europea. Según el consejero, este documento, en el que el Principado ha trabajado en los dos últimos años para que guíe el desarrollo de I+D+i de Asturias hasta 2020, constituye un reto y una oportunidad para el futuro de la región.

El consejero ha subrayado el valor estratégico del trabajo, al establecer unas actividades prioritarias sobre las que focalizar los esfuerzos públicos y privados para favorecer la modernización y diversificación del tejido productivo de Asturias. Además, se ha referido al intenso trabajo desarrollado, que ha permitido analizar las capacidades y conocimientos que pueden resultar más competitivos para el Principado. Por último, el consejero ha resaltado el alto grado de participación, tanto por parte de las consejerías implicadas como de las empresas e investigadores regionales. En concreto, se han implicado en la elaboración de la Estrategia unas 200 personas.

Graciano Torre también ha enumerado algunos de los nuevos instrumentos que ya se están poniendo en práctica con el fin de implementar las propuestas de la Estrategia y ha señalado el esfuerzo que se está realizando para articular una colaboración público-privada con las empresas tractoras regionales. Una de estas iniciativas es la convocatoria de ayudas a proyectos tractores de I+D+i que a finales del año pasado gestionó el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA), por la que se concedieron 2,4 millones de euros a cinco proyectos que implican la participación de 16 empresas. Por otra parte, la semana pasada se firmó un convenio de colaboración con la Universidad de Oviedo para favorecer la prueba práctica, la aplicación industrial, de los proyectos de investigadores asturianos.

Las estrategias regionales de innovación para la especialización inteligente son agendas integradas de transformación económica de un territorio que busca priorizar las políticas y las inversiones en investigación e innovación, siempre desde la perspectiva del desarrollo económico basado en el conocimiento. La especialización inteligente supone una gran oportunidad para la mejora en competitividad, expansión y apertura a nuevos mercados de las empresas pertenecientes a los sectores con mayor proyección de nuestra economía.

La Estrategia de Especialización Inteligente para Asturias establece tres objetivos:

    Recuperar el liderazgo industrial a través de la tecnología. Para ello, las empresas asturianas han de alcanzar un mayor tamaño y ser más competitivas, y los recursos científico-tecnológicos han de tender a una mayor especialización en línea con las tecnologías capacitadoras señaladas.     Mayor orientación de las empresas al mercado, de manera que la diversificación de actividades y una mayor apertura a los mercados exteriores sean estrategias ineludibles, especialmente para las empresas de mayor capacidad tecnológica e innovadora.     Gestión del territorio, basado en la colaboración en red. Este modelo tiene en cuenta el impacto territorial de la actividad empresarial y ha de conciliar el crecimiento con el desarrollo sostenible y los retos sociales.

Los seis campos de especialización de la Estrategia son los siguientes:

    Materiales avanzados y sostenibles. Se tiene en cuenta el gran peso que tiene en la economía asturiana la producción de materiales. Propone la especialización en materiales sostenibles y el desarrollo de la ciencia e ingeniería de los materiales y la cadena de tratamiento y reutilización de residuos industriales. Asimismo, plantea promover las disciplinas de nanociencias y nanotecnologías como base de la fabricación de materiales avanzados, así como una estrategia específica para el grafeno.     Nuevos modelos de producción. Apuesta por la fabricación digital y la fabricación aditiva (impresión 3D), a las que se considera tecnologías transversales.     Suministros y tecnologías para redes. El documento también recoge prioridades relacionadas con el desarrollo de las comunicaciones y la red de suministros. En este sentido, destaca la innovación en el campo de la energía, factor clave para la localización empresarial. Pone especial énfasis en la eficiencia energética, la distribución inteligente y los sistemas de almacenamiento de energía. Por otra parte, atiende las necesidades logísticas y de redes de transporte de los grandes fabricantes de materiales y bienes de equipo. Dentro de este amplio capítulo, se incluyen aquellas tecnologías que facilitan el despliegue innovador de dichas redes, en las que Asturias dispone de masa crítica. Ahí se incluyen la disciplina del análisis inteligente de datos y el campo de los sensores (sensórica).

    Asturias, polo industrial del acero. En línea con la tradición de la comunidad autónoma, se propone una línea de especialización regional en torno a las competencias básicas propias de los procesos industriales de producción y transformación del acero, que se completa con la apuesta por la innovación en la industria auxiliar del naval y del off-shore (instalaciones industriales en el mar).     Mercados agroalimentarios Para atender la demanda de los mercados agroalimentarios y, en particular, responder a los requisitos de la exportación y la diferenciación de los productos, se plantea centrar la atención en competencias tecnológicas transversales. El sector lácteo, principal segmento de actividad de la industria agroalimentaria, merece un tratamiento diferenciado: para él se propone elaborar una estrategia de biotecnología láctea que marque la diferencia tecnológica en toda la cadena de valor de la leche.     Envejecimiento demográfico y calidad de vida Asturias dispone de excelencia científica en biomedicina, especialmente en oncología y en neurociencias, y se han detectado oportunidades para la colaboración con la investigación clínica. También existe una clara oportunidad de estrechar la colaboración de la actividad pública con los agentes privados activos en I+D, así como de acercar al mercado de la salud campos tecnológicos no médicos.

 

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