El Ministerio de Fomento no instalará barreras acústicas en la autovía del Cantábrico a su paso por  Buelna, en Llanes. Así se desprende de la respuesta escrita al diputado asturiano Gaspar Llamazares que se interesó en saber por qué razones el Gobierno no ha procedido, como había prometido, a la instalación de mamparas de protección acústica en este tramo de la A-8.

El Gobierno asegura que en el proyecto original, aprobado  en julio de 2007, realizó un estudio acústico específico para determinar los posibles problemas de ruido de acuerdo con el trazado. “Los resultados de este estudio”, explica el ejecutivo en la respuesta al diputado asturiano, “en la zona de afección a la localidad de Buelna concluyeron que no era necesario colocar ninguna barrera anti-ruido”. En la respuesta también se hace referencia a un segundo estudio acústico, en julio de 2014, “con objeto de corroborar las hipótesis del proyecto vigente en el que se constata que no es necesaria la colocación de barreras anti-ruido”.

El diputado asturiano también exigía medidas para suavizar el impacto estético y paisajístico de la obra, en la que hay demasiado hormigón y poca vegetación. A este respecto, el Ministerio de Fomento contesta con un escueto y ambiguo “en relación con la integración ambiental de las obras, se indica que en las zonas donde sea posible se realizarán hidrosiembras y plantaciones arbóreas”.

Gaspar Llamazares se hizo eco de las denuncias vecinales del ensordecedor ruido generado por el tráfico en el nuevo tramo de autovía que fue inaugurado en agosto de este año. Los habitantes de Buelna se quejaban en ese momento de haber soportado durante meses el polvo y el barro, el ruido de los camiones y de las máquinas durante la obra llevada a cabo a toda prisa,  y después de la conclusión de la misma, del ruido generado por el tráfico. Del mismo modo, manifestaban su malestar por la pantalla de hormigón que ven desde sus casas a diario y la ausencia de las mamparas prometidas.

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