Existe una alarma sobre la presencia de fauna salvaje, especialmente el jabalí, en las zonas cercanas a las zonas pobladas. Es una alarma provocada, en buena parte, de forma interesada.
La presencia de fauna en el entorno periurbano es normal y siempre ha existido. Además la expansión urbanística ha llevado a que haya zonas residenciales rodeadas de sotobosque y monte, lo que tiene entre los aspectos positivos la facilidad del contacto con la fauna silvestre; aunque haya quien lo vea como un problema o un peligro..
En el caso de los jabalíes se están publicando noticias de forma continuada solicitando “soluciones” sin que, a nuestro entender, se haya enunciado aún correctamente el problema. En general, la fauna salvaje huye del ser humano, solo los comportamientos irresponsables que no respetan a la fauna pueden generar un problema.
La situación del jabalí es consecuencia de diversos factores. Entre ellos el de su gestión cinegética, pero también de los cambios de hábitos en la población rural, los efectos del cambio climático, etc. Al convertirse muchas fincas del entorno periurbano en zona de sotobosque es más fácil para los jabalíes acercarse a poblados, más en zonas como la Fresneda que son urbanizaciones ubicadas en zonas que hace no tantos años eran completamente rurales.
Propuestas
Dado que las competencias en materia de fauna salvaje son del gobierno asturiano pedimos a la consejería que tome las siguientes medidas:
– Establecer un acuerdo con la Universidad de Oviedo para el estudio de los nuevos hábitos de la fauna silvestre en las cercanías de núcleos de población; quizá pudiera ser también oportuno el seguimiento mediante radiomarcaje de ejemplares de jabalí y otras especies para establecer unos patrones claros de su comportamiento y para poder planificar las políticas basándose en datos científicos.
– Prohibir la comercialización de cerdos vietnamitas y otras especies exóticas; realizar una campaña de concienciación para buscar la castración de todos los ejemplares que están actualmente en manos de particulares.
– Dejar de matar lobos. Las poblaciones de grandes carnívoros se autoregulan. Poblaciones estables de lobos suponen un mayor control del jabalí y una reducción de la muerte de animales domésticos según los datos científicos.
– Poner en marcha planes de educación ambiental que ayuden a la gente a entender el comportamiento de la fauna salvaje y saber como comportarse ante esos animales. Es la actividad humana la que debe aprender a convivir con la fauna y la flora salvaje, no al revés.
– Publicitar las subvenciones existentes para poner medios que prevengan los daños (pastores eléctricos) y realizar acciones formativas sobre su uso.
– Abonar con más rapidez las compensaciones por daños causados por los jabalíes.
0 Comentarios
Esta noticia todavía no tiene comentarios
Comentar la noticia
El email no será publicado