Ayer 13 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Dieta Mediterránea. Nuestro patrimonio más conocido, saludable y tradicional.
Se originó en una franja de tierra que se conoce como la "cuna de la civilización". Esta no es otra que la cuenca del Mar Mediterráneo, una zona que fue el origen de numerosas civilizaciones con grandes aportaciones culturales, rica en alimentos de cercanía y de temporada, abundante en productos de origen vegetal y con valiosas recetas "de toda la vida".
Esta cultura, no solo recoge una forma ideal de alimentarse, sino que también posee un estilo de vida completo, propio de países como España, Chipre, Grecia, Italia o Francia. Y es este valor tan completo, el que llevó a la UNESCO a declararla Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2010.
Pero los hábitos de vida propios de la sociedad actual nos han ido alejando del modelo de alimentación mediterránea, el cual se relaciona con un mejor control del peso, con ventajas para nuestra salud y con un mayor disfrute de ciertas recetas tradicionales muy bien aceptadas. Y es que factores como la falta de tiempo, la facilidad para disponer de alimentos que contribuyen a crear un ambiente obesogénico y la publicidad, han hecho que vayamos dejando de lado esta dieta tan nuestra, lo cual está repercutiendo negativamente en nuestra salud y físico.
0 Comentarios
Esta noticia todavía no tiene comentarios
Comentar la noticia
El email no será publicado