EQUO pide la aprobación de una ley de residuos en Asturias con motivo de la Semana Europea por la reducción de residuos.

Un año más estamos en medio de una serie de actos que se incluyen en el marco de este evento auspiciado por la UE, con el fin de avanzar en la mejora de la gestión de residuos y, sobre todo, concienciar a la ciudadanía para poder contar con su colaboración.

El problema de estas celebraciones es que suelen quedarse en meros actos protocolarios o pequeñas acciones sin mucho recorrido y sin influencia en la situación real. Y es que la realidad ha de pasar necesariamente por la aplicación de políticas decididas, que aborden de verdad las diferentes problemáticas existentes alrededor de todas las fases de la gestión de residuos.

 

El tema general de la celebración es la reducción de residuos, el primer paso en lo que se ha dado en llamar “jerarquía de residuos”, antes por tanto que la reutilización y el reciclaje. Podemos decir que el residuo más fácil de gestionar es el que no se genera.

 

Y el tema central para este año es la reducción de residuos de envases. ¿Y qué se está haciendo desde la administración para ayudar a reducir la cantidad envases? De nada sirven acciones puntuales sino se aplican medidas concretas que permitan abordar la problemática. ¿De qué sirve una recogida de cachivaches o que unos cuantos colegios promocionen durante unos días el uso de fiambreras en vez de envoltorios de aluminio? Siendo generosos, sirve de muy poco.

 

Equo Asturias lleva años proponiendo medidas de mucho más calado y de mucho más interés como son la implantación del sistema SDDR (devolución y retorno de envases de vidrio), la promoción de la venta de productos a granel, la separación obligatoria de residuo orgánico, la promoción de establecimientos y mercados de segunda mano o la aprobación de una ley de residuos que premie la reducción y que penalice a quien no siga pautas responsables en este sentido.

 

Todo ello va enfocado con una misma idea: es totalmente necesario iniciar la transición para un cambio en el modelo de consumo, que incida en la fabricación, en la investigación de nuevos materiales, en las normas y costumbres del embalaje, y los usos y costumbres de compra y consumo. Con nuestras propuestas todo ello se puede llevar a cabo y además se abren nuevos nichos de empleo estable y no deslocalizable.