Investigadores del grupo de Investigación en Psiquiatría del ISPA iniciarán en los próximos días un proyecto destinado a evaluar el impacto que la sospecha de infección por SARS-CoV-2 está teniendo en la sociedad asturiana.
El proyecto está liderado por el Dr. Julio Bobes, Jefe de Servicio de Psiquiatría del HUCA, Catedrático de la Universidad de Oviedo e investigador principal del Centro de Investigación Biomédica en Red del Área de Salud Mental de Oviedo (CIBERSAM).
El estudio planteado utiliza la metodología descrita en publicaciones recientes que analizaron los aspectos psicológicos asociados a la extensión de la epidemia por China, y se desarrollará en tres fases: en primer lugar los pacientes que hayan sido sometidos a las pruebas de detección del coronavirus serán entrevistados telefónicamente; transcurridos 1 y 6 meses serán convocados a las instalaciones de Psiquiatría del SESPA para una batería de pruebas más específicas.
En paralelo se están realizando encuestas online sobre las percepciones de la población general respecto a la epidemia, el estado de alarma y el confinamiento. Los resultados obtenidos proporcionarán información relativa al estrés ocasionado por la expansión de la pandemia y sus posibles efectos psicológicos a largo plazo. Se evaluarán los factores de protección y riesgo de sufrir secuelas en situaciones como la actual. El objetivo final será elaborar un protocolo manualizado que permita crear una vacuna psicológica con la que los profesionales de la salud mental puedan afrontar futuras epidemias.
El proyecto ha sido aprobado por el Comité de Ética en la Investigación del Principado de Asturias y aspira a conseguir financiación a través de las convocatorias recientemente anunciadas por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
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