Omar Pardo: Liberales y Tradicionalistas en el Lastres del SXIX

Pero con antecedentes en el XVIII ya, cuya figura más representativa fue otro militar nacido en dicho puerto, que no es otro que el Teniente General Carlos Espinosa de los Monteros y Ayerdi, hijo de Gregorio Espinosa de los Monteros y Guzmán, ingeniero militar especializado en Canales y Puertos que en esos momentos estaba destinado en Lastres a cargo de las Obras de ampliación y mejora del entonces deteriorado Puerto.

Carlos Espinosa de los Monteros fue miembro de la masonería, posiblemente desde 1816, fecha de su llegada a La Coruña, y perteneció a la Logia Constitucional de la Reunión Española, siendo C.E. Diocles grado 15.

En 1817 fundó en La Coruña con otros artilleros la logia Amigos del Orden, en la que continuó como C.E. Diocles, Primer vigilante, grado 15.

Así que antecedentes haylos, pues este prócer siempre tuvo estrecha relación al menos epistolar con amigos y compinches de su localidad natal, a pesar de haberla abandonado con prontitud debido a su carrera militar, a consecuencia de la cual sufrió prisión durante largo tiempo en Francia, desde donde después de varios intentos fracasados logró huir, y donde parece ser que tuvo su primer contacto con las ideas liberales que posteriormente defendió con vehemencia.

Que el Coronel Juan Antonio Suárez Victorero Robledo y Toro, era liberal y afrancesado sobradas pruebas hay de ello, consecuencia de lo cual anduvo de acá para allá como muchos otros en su época a cuenta de los vaivenes de la política de turno, que si Trienio Liberal, que si la reacción absolutista, incluso tuvo graves problemas cuando en compañía de sus bisoños camaradas locales, Cantillo, Poladura, Suárez, etc. empuñó las armas contra los realistas cuando no se le ocurrió otra que tirotear a las tralladas tropas de Longa que subían de Infiestu desde Anayo, que rápidamente los cercaron deteniendo en la huida a Cantillo y a los hermanos Poladura, Modesto e Ignacio que solo necesitaron cuatro palos para cascarlo todo, pero aquello ya no fue considerado un juego de niños bien como la proclama de un ridículo Ayuntamiento de Lastres idea también del inquieto amigo Victorero, que la ociosidad es la madre de todos los vicios.

Así que el soberbio Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén y sus acólitos las pasaron más putas que Caín a pesar de su status y solo la abundancia de oro peruano que atesoraba en abundancia les salvó de males mayores, que el oro a la última todo lo puede.

Como contrapartida, a los exaltados liberales de la localidad les tocó lidiar con un morlaco de cuidado, que no era otro que el Coronel Escandón, valeroso patriota héroe de la Guerra de la Independencia que tantas calamidades causó a los franceses en nuestra zona, aquel cuya estrofa sigue aún vigente por estos lares:

“El Coronel Escandón
gasta canana de plata
que la quitó a los franceses
en el puente de la Espasa”, de todos conocida.

Escandón -irreductible defensor del Altar y del Trono- estaba emparentado por matrimonio en Lastres con una de las más nobles familias de la localidad; Los Lue, pues su esposa no era otra que Doña Irene de Lue y Nicola, con la que tuvo cuatro hijos: Antonia, José, Juan y Benito Escandón y Lue del que por razones obvias hablaremos brevemente con posterioridad.

Aunque héroe de guerra como otros tantos en su misma situación pagó las consecuencias siempre que los vengativos liberales tocaban poder, así que como “agradecimiento”, fue desterrado a Puebla de Sanabria desde donde intentó alzarse contra la constitución en 1822 siendo por ello encarcelado en Cangas de Onís con sus hijos mayores, desde donde fue trasladado el 4 de noviembre a la cárcel conocida como castillo-fortaleza de Oviedo

La entrada de Escandón en Oviedo está considerada como una afrenta pública preparada con detalle por sus enemigos, esposado, descubierto, recorriendo las principales calles y plazas entre gritos e insultos.

Escandón fue condenado a muerte sin garantías judiciales, pero la sentencia fue revocada dos veces.

Presos fueron su esposa y sus dos hijos mayores. Tres meses estuvo detenida Irene de Lue, acusada de enviar una carta a su marido avisándole de que se acercaban las tropas que llamaban “Nacionales”.

Tras el fracaso del llamado Trienio Liberal en 1823, los liberales le trasladan al castillo de San Antón en La Coruña, donde el vengativo general liberal ovetense Santiago Méndez Vigo antes de rendir la ciudad a los absolutistas- ordenó llevar a Rafael Salvador Escandón con varios detenidos más al bergantín “Santo Cristo”, donde fueron atados de dos en dos, espalda contra espalda, arrojándolos al mar, donde perecieron todos.

El cuerpo de Escandón desapareció bajo las aguas aquel día 23 de julio de 1823, cuando el nacido en San Juan de Parres tenía 50 años.

No le fue a la zaga su hijo menor D. Benito Escandón y Lue, recalcitrante tradicionalista que fue el primero en levantar una partida carlista en la región de Oviedo en 1833, levantamiento conocido como la SEGUNDA ESCANDONADA en colaboración con el religioso RAMON ARGÜELLES que se alzaron en armas en Pola de Siero contra el gobierno liberal recién instaurado, ocupando Noreña, pero fracasando al intentar ocupar Oviedo, siendo frenado por el Comandante militar de Asturias Nicolás Isidro y dispersadas sus fuerzas D. Benito huyó a Morcín junto a sus voluntarios realizando aún varias operaciones guerrilleras en Las Regueras y Mieres, pero fue apresado a los pocos días y pasado por las armas sin contemplaciones en León, no obstante LA SEGUNDA ESCANDONADA supuso el inicio de las guerras Carlistas en el territorio del Principado de Asturias.

Más hechos y personajes pudiéramos citar aquí, pero en fin; como para muestra basta un botón y estos son así a bote pronto de los más notorios, aunque otros no les van a la zaga, estas consideraciones servirán al menos para hacerse una idea del terreno en el que se movían nuestros antepasados en el pasado siglo, polvos que arrastraban estos lodos ya desde el último cuarto del siglo XVIII.

Pues eso; de momento…
Omar PARDO y CORTINA
ASOCIACION ESPAÑOLA DE MILITARES ESCRITORES
(A.E.M.E.) 188.