María de Villota! ¡Qué dolor al despertar con la noticia de tu muerte en Sevilla! Solamente se me ocurre un ¡con Dios, María!

¡MARIA DE VILLOTA! He ido a la farmacia de la esquina y me fascina la belleza de esta sonrisa enmarcada, en la boca, por el rojo pasión de los labios y, en los ojos, por la coquetería del parche a juego. ¡Caray, qué guapa! Y pensar que hace menos de un año estuvo al borde de la muerte...

Piloto de carreras como su padre Emilio, María de Villota (Madrid,13/01/1980), justo cuando había fichado para el equipo ruso Marussia entrando así en la Fórmula 1, sufrió tan tremendas heridas en unas pruebas de aerodinámica en el aeropuerto de Duxford (Reino Unido) que de milagro salvó la vida.

Eso sí, en aquel golpetazo contra el camión de 3/07/2012, perdió su ojo derecho y, por tanto, quedaba definitivamente truncado su sueño de llegar a competir con Fernando Alonso. Grave revés, sin duda, pero reacción maravillosamente ejemplar la de María que, contra reloj, se dispuso a rediseñar su mundo fijando nuevas metas y poniéndose a trabajar con optimismo y perseverancia en proyectos no sólo personales sino también solidarios.

Me maravilla verla ahí, de imagen de Heliocare/vida al sol (para proteger la piel), contagiándonos de vitalidad con su lema: "LA VIDA ES PARA LLENARLA DE COLOR". Contémplenla: ¿No es vivo colorido esta María de Villota de después del gravísimo accidente? ¿No es pura y bella vida?