El martes 12 de Junio en la casa de la Cultura de Colunga, el colungués residente en Chile, Enrique Cueto Sierra, ofreció una charla coloquio, presentada por su amigo de la infancia, el pintor Humberto Alonso.

     El acto comenzó a las 20:20, tras una breve presentación, a cargo del párroco de Colunga, D. Segundo, cedió la palabra a Humberto, que nos  ilustró con una extensa exposición de la vida y travesuras de los años de infancia de ambos. Mencionando en varias ocasiones, su vida en la escuela, donde asistieron ambos, hasta el comienzo de la guerra civil, motivo por el que la familia de Enrique, emigró a Chile. Ya de adultos reanudaron su amistad a través de la correspondencia. Humberto conoció a través de las cartas de Enrique al poeta Pablo Neruda, del cual su amigo le enviaba poemas y que como cabe esperar,le hicieron reflexionar como sólo Neruda sabe hacerlo.

   Seguidamente Enrique Cueto, con una sencillez encomiable y con una naturalidad atrayente, realizó una explicación del contenido del libro comenzando por el prólogo, que empieza con la palabra "provocar" insistiendo en el sentido que le da a tal palabra: abrir preguntas, inquietar, incitar.

   Cita también a Jorge Manrique, poeta de finales del medievo, cuyos versos aplica a la muerte que se viene "tan callando",y se pregunta por qué no aplicar lo mismo a la vida que también se viene "tan callando"

   Considera al ser humano como un ser extraordinario, que debe olvidar sus creecias erróneas,y sus miedos, y abrir las puertas a la libertad, a la belleza, a las ilusiones, a los sueños.

   Divide el contenido en seis apartados, y cuando lo sigues hojeando te encuentras que las páginas están en blanco y sólo al final te percatas que con sólo una frase,  te incita a pensar, a refexionar, como dice en la contraportada: "puertas abierta y puertas cerradas que sólo se abren cuando encontramos la llave adecuada".

   A la presentación acudieron entre 40-50 personas, que con gran atención,y mucho silencio escucharon las disertaciones del profesor-educador.

   Reciba el autor mi felicitación más cordial. Esperamos que en breve nos obsequie con nuevos pensamientos, que nos permitan encontrar las llaves de las cerraduras de nuestras puertas