La incidencia de la gripe ha aumentado en Asturias en la primera semana de 2015 en todos los grupos de edad, lo que unido al aumento de aislamientos de virus gripales, indica que ya se ha establecido el inicio de la onda epidémica estacional de gripe de esta temporada. Se espera que la incidencia continúe aumentando en las próximas 4-5 semanas hasta alcanzar su máximo a finales de enero o principios de febrero antes de comenzar a descender.

En concreto, durante esta primera semana se han superado los 180,1 casos por 100.000 habitantes, lo que supone que la situación pasa a ser de difusión epidémica e intensidad media. La incidencia se mantiene alta en menores de cinco años y aumenta claramente en el resto de grupos de edad.

La proporción de casos con alguna complicación en el momento de la consulta y los que se han derivado al hospital se mantienen muy bajos. Entre los casos notificados, el factor de riesgo más frecuente es el asma (6,7%), seguido de enfermedad cardiovascular crónica (1,9%) y situaciones de inmunodeficiencia (1,4%). No se ha notificado, por el momento, ningún caso grave de gripe hospitalizado y solo un 5,7% del total de los afectados estaba vacunado.

En España, la difusión de la enfermedad es epidémica en Asturias y Galicia, local en Madrid, esporádica en Baleares, Castilla La Mancha, Cataluña, La Rioja, Navarra y País Vasco, y nula en el resto. Por grupos de edad, las mayores tasas de incidencia de gripe se observan en el grupo de menores de 15 años.

La gripe es una enfermedad infecciosa generalmente benigna que se inicia repentinamente y puede suponer la aparición de fiebre, dolores musculares, malestar general, tos, dolor de cabeza, congestión nasal, estornudos o dolor de garganta. Está causada por un virus y se contagia muy fácilmente principalmente al hablar, toser o estornudar y por gotitas de saliva o secreciones nasales que pueden quedarse en las manos, en otras superficies o dispersas en el aire, por lo que es importante seguir unas buenas prácticas de higiene.

El tratamiento más adecuado consiste en aliviar los síntomas mediante analgésicos y antitérmicos. En la mayor parte de los casos la gripe se cura sola con las medidas habituales: beber abundantes líquidos y utilizar los antitérmicos y analgésicos habituales, como el paracetamol, según las recomendaciones de los profesionales sanitarios, hasta recuperarse.

La vacunación anual a las personas mayores y vulnerables evita las complicaciones graves de la enfermedad y previene la mortalidad por esta causa.