Hoy leíamos en la prensa regional que una gran parte del territorio de Asturias está declarada lugar de interés comunitario,y según la normativa europea impedirá trabajos tan habituales como la limpieza de maleza o la construcción de casetas como actividades menores, de ahí para arriba.

Más de cincuenta concejos asturianos están declarados lugares de interés comunitario (LIC), afectados total o parcialmente por esta medida, que conlleva importantes restricciones.

Cuando la Unión Europea exija la aplicación estricta de la normativa se desencadenará el conflicto. Somos meros actores en el teatro que nos han preparado los ineptos políticos.

Según la UE, el desarrollo de actividades como la agricultura, la selvicultura, la industria y el turismo, entre otras, ha ocasionado la pérdida o fragmentación de medios naturales. Y por eso se hizo necesario declarar un listado de zonas protegidas, libres de actividades dañinas para el medio ambiente.

El Gobierno de España recibió la directiva europea que le emplazaba a declarar estas zonas de interés, y el Ministerio de Medio Ambiente encomendó esta tarea al Gobierno del Principado, que a su vez ha propuesto tres listas de lugares de interés comunitario que incluían buena parte de los espacios naturales de los Picos de Europa, Somiedo, Redes, Muniellos, Barayo, Villaviciosa, Cueva Rosa y Cabo Peñas, 21 espacios naturales protegidos, Folguera Rubia y Pumar de Las Montañas, Cangas del Narcea, más 13 cursos fluviales. En el año 2004 se aprobó la tercera propuesta que incluye 49 enclaves. La propuesta de protección supondrá para los habitantes de las zonas protegidas algo más que la preservación de la flora y fauna de estos espacios.

Ahora el daño está hecho, es irreversible. La administración Central pasa la responsabilidad al Gobierno regional, y éste disimula, enmascara esta realidad que va a acabar con actividades tradicionales y con esos planes de futuro de turismo rural y naturaleza que nos venden.

Las personas que residan en este gran territorio asturiano no podrán ejercer muchas actividades agrícolas, ganaderas, ni limpiar los matos, cuanto menos crear enclaves turísticos ni similares.

Hace años que tienen predestinado nuestro futuro: 600.000 habitantes, y aquí seguimos como fatos apoyando  a esta camada de ineptos vendidos al oro de Madrid, donde tampoco andan sobrados de talento.

A la vista de esto y del pan nuestro de cada día de nuestra clase política local, autonómica y nacional, propondríamos una Revolución ética, que se exigiese a quienes se presentasen a cargos de representación la superación de unos test psicológicos y culturales y una declaración transparente de sus bienes y que los delitos cometidos por representantes públicos en el ejercicio de sus funciones o como consecuencia de ellas, fuesen considerados de extrema gravedad y condenados a las máximas penas.

Tal y como estamos, con esta crisis galopante que han negado hasta que ya era un huracán, que tapan con los medios de comunicación afines a unos o a otros, la ciudadanía debe de olvidarse de consignas y soflamas ideológicas, arrimar el hombro, organizarse en agrupaciones electorales y presentarse masivamente a las elecciones para acabar con este sistema de prostitución de la democracia, una auténtica revolución ética. Si no hacemos esto, no va a haber ningún criminal golpe de estado, tranquilos, está todo controlado, simplemente seguiremos evolucionando en el desarrollo democrático hacia la Democracia Chavista.

Nuestro más sentido pésame para los habitantes de esos espacios protegidos asturianos.