Estudio referente a la heráldica del nuevo monarca Felipe VI por Omar Pardo Cortina

El primer Real decreto que firme el nuevoMonarca en virtud de la obligaciónconstitucional que tiene para sancionar las normas será el que regule su escudo de armas, trámiteprotocolario por otra parte que pasa bastante desapercibido para la mayoría dela población como es lógico atenta a asuntos más cotidianos que al significadode la simbología heráldica. A pesar de todo, es necesario advertir que la simbología tiene un significado y que sucorrecta interpretación dice cosas y en este caso bastante importantes.

El nuevo Rey contaba ya conarmas propias como príncipe reguladas por Real Decreto 284/2001, de 16 de marzo, por el que se crean Su Guióny Su Estandarte y Casa Real y sobre él yen su misma línea se ha trabajado para crear las nuevas.

Si bien desapareceel lambel de azur como es preceptivo, permanecen invariableselementos comunes en escudo cuartelado: 1, de gules, con un castillo de oro, almenado, mazonadode sable y aclarado de azur, que es de Castilla; 2, de plata con un leónrampante de púrpura coronado de oro, lampasado y armado de gules, que es deLeón -que representa las armasde la dinastía reinante: Borbón-Anjou, aunque pertinazmente siga siendo ovalado ya que nadie se ha molestado en modificarlo desde que sedispusiera de esta forma para la entonces reina Isabel.


El escudo se timbra con una corona cerrada, que es un círculo de oro, engastadoen piedras preciosas en sus colores, compuesto de ocho florones de hojas deacanto visibles cinco, interpolados de perlas en su color, de los que partenocho diademas de perlas, vistas cinco, que convergen en un orbe azul, con elsemimeridiano y el ecuador de oro, sumado de cruz de oro, la corona forrada derojo y va rodeado del collar del Toisón de Oro.

El guión real sobre el que se bordan las armas antesdescritas de Su Majestad cambia volviendo al tradicional color histórico que apartir de 1833 se había convertido en morado y posteriormente en azul para dar paso al tradicional damasco carmesíde la monarquía española.

No obstante hay dosnovedades muy significativas respecto al anterior que tienen una lectura muyclara: Del escudo heráldico de Felipe VI desaparecen tanto las aspas de Borgoñacomo el yugo y las flechas presentes en el de su padre y aunque por otra parteera bastante previsible, no por ello deja de ser altamente significativo.

Bien es verdad quelas aspas de Borgoña, nunca han figuradoen un blasón del Rey de España de forma acolada, como lo están en el de JuanCarlos I, pero debe recordarse que en 1975 el Carlismo era una fuerte opción ypor tanto al adoptar las armas de Borgoña, el monarca reivindicaba en ciertamanera su derecho a esa línea sucesoria y fueron incorporadas en cierta manera como reivindicación de lalínea dinástica Carlista.

De la misma forma, se adoptaron los emblemasde los Reyes Católicos porque en 1975 figuraban en el escudo de España lo quequizá generó un conjunto heráldico poco acorde con las reglas tradicionales deblasonar dentro de la simplicidad que siempre ha caracterizado a la heráldicaHispana, lo que lleva a opinar a algunos autores que los símbolos del nuevomonarca están muy bien blasonados y que ninguna lectura irresponsable debehacerse de las citadas novedades.

Perolos que opinan de distinta manera tienen un fuerte asidero, pues a nadie pasódesapercibido el desaire de dejar a Diosde lado en todos los actos de su proclamación Si se tiene en cuenta que la monarquía españolaes una monarquía católica desde el Conciliode Toledo, en el siglo VI, durante el reinado de Recaredo, parece absurdo hablar de una "nación forjada a lo largo de siglos deHistoria" e ignorar el papel que la religión, concretamente la católica, hajugado en esa Historia.

, acto que ha sido "tradición" en España a pesar deque la ley no obliga la presencia de estos símbolos.

Porpoco que se aten cabos, el sentido de la Unidad y la Catolicidad de lasEspañas, escuece. Hacer actualmente referencia a cualquier freno moral acualquier símbolo unitario, obsesión de los Reyes Católicos, forjadores de la Nación Española,que no es otra cosa a lo que hacen referencia los símbolos que se cayeron delnuevo emblema, es como mentar a la bicha, y escuece sobremanera a los mismos que escudándose en la Ley de Memoria histérica, eliminaciónde simbología franquista y demás, lograron ya en su día eliminar el Águila deSan Juan que no representaba otra cosa que la evangelización de San JuanEvangelista que España intentó en su día de llevar a las Indias y a todos los territoriosde su vasto Imperio.

Elpríncipe cambió simbólicamente la fórmula del juramento, siendo la primera vezque no se jura por Dios, también ha renunciado como se ha indicado a llevar ensu heráldica el yugo y las flechas de los Reyes Católicos y las aspas de SanAndrés enseña que por siglos, amén de representar a la monarquía hispana,representaba a España, a nuestro glorioso Ejército y a la fe Católica denuestros antepasados y por ende la nuestra.


No hace falta escudriñar demasiado para darse cuenta de que un periodo detiempo muy corto se ha conseguido lapráctica eliminación de la tradicional simbología unitaria-católica y enconsecuencia la identidad de la Nación española en todos los ámbitos, y ello es algo muy acorde con elconcepto de globalismo en detrimento del concepto Nación en si y por tanto desu Soberanía. Nada es nada casual, muy al contrario, no hay más que fijarse en el discurso sibilinamente masónicodel nuevo monarca: ""Tengo fe en la unidad de España"

Peroen ningún momento ha jurado mantenerla y defenderla hasta el último aliento;alusiones a la denominada igualdad de "género"; panteísmo ecologista, nuevotiempo, demasiadas pistas incluso para los no avezados al maquiavélicosignificado de esta abominable verborrea.

Lashemerotecas no mienten, no es la primera vez que CiU denuncia ante Bruselas lacruz de San Andrés en las naves y aeronaves españolas escudándose otra vez enel franquismo. Las reiteradas peticiones de los separatistas deAmaiur a través de su diputado Jon Iñarritu García, sobre a lasupresión del yugo y las flechas y la Cruz de San Andrés, van en la misma línea, aquí por tanto lapresunción de inocencia suena más bien a chiste.

El asunto está más que diáfano, SuMajestad el rey Felipe VI dejó bien a las claras que compaginar laresponsabilidad política, democrática y constitucional con las virtudes moraleso los valores éticos, no va a ser lo suyo, y no lo va a ser porque debedefender aquellos valores que estén en consonancia con los intereses de losnuevos amos del mundo adecuados al siglo XXI, relativismo cibernético,revolución digital, ideología de género del N.W.O. que no hacen más que dar continuidad aljacobinismo masónico y anticatólico de las revoluciones masónico-liberalescapitalistas y masónico-socialistas y comunistas de los siglos XIX y XX. Eso noes compatible con ningún principio ético o moral que debilite el poder delEstado y de las ideologías que lo controlan. La cosa pública, los asuntos delderecho y la vida política nada tienen que ver con la moral y la ética. Lacorrupción, el nepotismo y demás lacras, en definitiva el utilitarismo maquiavélico-masónico sonincompatibles con virtudes tan naturales como la honradez la caridad, osimilares de las que huyen como gato del agua.

No hablemos ya de otras pistas que vienensiendo premonitorias e inequívocas: Comunidades sefardíes y demás propagandistas sionistas premiados con elPremio Príncipe de Asturias profundamente vinculado con la corona, cuyo mássangrante caso es el de un idolatrado Woody Allen escandalosamente incorporadoal mobiliario urbano de la ciudad de Oviedo sin recato alguno, ni de losméritos de Leonard Cohen de todos conocidos para ser merecedor de tal galardón,ni de la Sinagogadel Fontán y sus saraos ni de la sumisión de todos conocida de los regidoresovetenses Antonio Massip o Gabino de Lorenzo a la causa, explíquenme sino quepinta el Mamotreto al Rotary Club en la Plaza de Castilla de la ciudad de Oviedo, o lagrotesca petición de Foro Asturias pidiendo una placa de reconocimiento al grupo Lions Club unos metros más allá.

Claro que estas disquisiciones pasarán más bien desapercibidas a lasmasas a las que se generará en principio un falso debate Monarquía-República yaen marcha por cierto , seguido de otros similares previamente orquestados paraocultar el verdadero trasfondo de la cuestión.

Veremos el desarrollo de los acontecimientos, pero recuerden como seequivocaron los que apodaron como Juan Carlos I el breve al anterior monarca,aunque de todas maneras dará igual, los poderes financieros vinculados alN.W.O. cuya meta es finiquitar toda política dirigida al bien común de la Nación-molesto concepto- algo incompatible como es lógico con sus verdaderosobjetivos que no son otros que el envenenado globalismo "multicultural" ypermitir un enriquecimiento sin precedentes de una élite dirigente endetrimento de la población común, simple recurso a explotar, convertida en,degradada, sumisa, temerosa y miserable chusma disputándose el dudoso honor delograr sobrevivir con las sobrasdel pantagruélico banquete, amén deapuntar ya sin disimulo a su mayor anhelo a medio plazo que no es otro quedeshacerse de una sobrepoblación a la que para nada necesitan y que en unmomento dado pudiera suponer una seria amenaza a su supremacía.

¿Se explicanahora como una Nación Soberana -en la medida de lo posible- derruida después de un sangriento conflicto ylevantada a pulso con enorme tesón por las sacrificadas generaciones que nos precedieron, a las que al menos no seles robó el fruto de su trabajo, sinapenas inmigración con un importante crecimiento económico y demográfico, unejército operativo y respetado, unajuventud altamente cualificada, tecnología punta en todos los sectoresproductivos y con visos de auparse entre las primeras potencias del mundo a lavoz de ¡ya! pasó por arte y parte de la tan cacareada "demokracia" a tanangustioso estado en tan breve periodo ?

Pues es que quizá tantalumbrera que hay por ahí suelta, nunca se haya parado a pensar que aquello delacecho de los enemigos de España y de la "conspiración judeo-masónica" a lapostre resulta que ¡Era verdad!