El Observatorio Europeo de la Vivienda ha seleccionado el modelo asturiano de Housing first como una de las buenas prácticas que se están desarrollando actualmente en el continente para favorecer que la vivienda se convierta en un instrumento de inclusión social.

Así lo recoge un informe elaborado por este organismo, dependiente de Housing Europe, en el que se analiza la implantación del modelo en Europa y destaca la iniciativa asturiana junto a la de países como Finlandia, Irlanda, Bélgica y Austria. El trabajo se enmarca dentro de una investigación sobre las formas en las que los proveedores de vivienda pública abordan los desafíos sociales clave de nuestros tiempos.

Housing Europe es la Federación Europea de Vivienda Pública, Cooperativa y Social, que aglutina a 45 federaciones nacionales y regionales, incluida la Asociación Española de Gestores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS), de la que forma parte la empresa pública asturiana, Vipasa. La red está compuesta por 43.000 empresas del sector de 24 países, que administran más de 26 millones de viviendas, aproximadamente el 11% de las que existen en toda Europa.

El modelo Housing first es una propuesta innovadora en la atención a personas sin hogar, que convierte la vivienda en un elemento prioritario en el proceso de inclusión. Así junto el acceso a la misma se articula el apoyo de un equipo técnico que promueve mejoras sustanciales en la situación personal y social de los usuarios.

En el Principado, la metodología Housing first se ha implantado durante esta legislatura en las tres grandes ciudades ¬-Oviedo, Gijón y Avilés-, que son los lugares donde más se registra la existencia de personas sin hogar. Asimismo, el proyecto ha llegado al municipio de El Franco.

En el marco de este programa, el Ejecutivo autonómico ha puesto a disposición 30 viviendas públicas en las que se presta atención a 31 personas y su implantación da ya cobertura en la zona central de Asturias al 40% del colectivo diana al que se dirige el programa.

La iniciativa busca facilitar la autonomía de los participantes, como refleja el hecho de que los beneficiarios suscriben un contrato de alquiler y pasan a residir en viviendas públicas, con todos los derechos y obligaciones de los arrendatarios habituales. La iniciativa se desarrolla en colaboración con los ayuntamientos, que son los que contratan a las entidades que realizan el trabajo de acompañamiento.

Destaca la implantación pionera del programa en la zona rural, en el Franco, donde la implicación de la administración local, autonómica y de la propia comunidad en el programa ha hecho posible que dos personas accedan de forma estable a un espacio normalizado de convivencia. La iniciativa ha sido galardonada este año en el II Concurso de Buenas Prácticas en Materia de Vivienda del Principado de Asturias.