Nos parece que es fácil de resolver la situación, de eliminar la angustia permanente que tienen los vecinos y vecinas de la zona que se encuentran con proyectos para explotar el yacimiento de Salave, el yacimiento aurífero más importante de toda Europa. Pero los vecinos y vecinas se oponen frontalmente a que se haga esa mina en la zona.

La ganadería en extensivo se vería gravísimamente afectada hasta su desaparición y afectaría de manera muy grave con sus vertidos a la costa occidental lo que perjudicaría al sector pesquero también hasta su desaparición. El ámbito turístico también se vería gravísimamente perjudicado. Se vería afectado el sector hostelero sin lugar a dudas.

Es decir, todos los sectores económicos que sostienen la zona occidental se verían afectados. Además, la rentabilidad del yacimiento aurífero de Salave iría a parar muy lejos de los límites de la costa occidental asturiana, muy lejos de Asturies y muy lejos de España.

Estamos hablando de una intromisión al viejo uso de una empresa extranjera que llevaría nuestro oro asturiano a dar beneficios a otros países. Es una absoluta salvajada pensar que esto podría beneficiar de algún modo a los asturianos y asturianas y la solución es sencilla, es cuestión de compromiso político.

Se trata de poner en marcha en Asturies la Ley 5/1991 de Espacios Protegidos del Principado de Asturies, donde todas las competencias recaen en el Gobierno.