![Omar Pardo: Urbano de Manchobas, el arquitecto nacionalista vasco de la Iglesia de San Juan de Duz condenado a cuatro penas de muerte Omar Pardo: Urbano de Manchobas, el arquitecto nacionalista vasco de la Iglesia de San Juan de Duz condenado a cuatro penas de muerte](https://elbuscolu.com/uploads/manchobas.jpg)
Ni más ni menos, sí; que esto no es cosa del Cuarto Milenio ese ni va pallá, no, no; nada de eso.
Bueno, eso de arquitecto de la Iglesia de San Juan, es compartido, con su entonces socio en el estudio de Arquitectura LOMAS Y MANCHOBAS, Miguel García- Lomas Somoano, que eso todo el mundo lo sabe, pero lo que casi nadie sabe es que este hombre tanto talento tenía para la arquitectura como para echarse penas de muerte encima sin esforzarse en exceso en ambas facetas; caso curioso como poco.
La historia arranca en Madrid, cuando al ilustre prócer de Loja, el Abogado D. Luis Montoto y Cobián se le ocurre la idea de costear en su totalidad a su parroquia de residencia San Juan de Duz en Colunga una iglesia nueva que tanto necesitaba.
Así que dicho y hecho se lanzó de inmediato a la búsqueda de un buen arquitecto con el fin de poner en marcha tan osado y costoso proyecto, y nada más sencillo, puesto al momento recordó su amistad con Miguel García – Lomas Somoano, un acreditado profesional madrileño con el cual mantenía contacto en Madrid por su vinculación a Asturias, donde pasaba sus veranos, y muy cerca además de su residencia de Loja en Colunga pues su madre Doña Regla Somoano era natural de Ribadesella y bien conocida por su segunda esposa Dª Concepción Hernández hija también de una de las familias más notables de Ribadesella, con lo cual prácticamente todo quedaba en casa, un reconocido estudio de arquitectura y regido por personal de mucha confianza además, así que blanco y en botella se puso el asunto en marcha con notable celeridad.
Y ahí entra de lleno nuestro protagonista de hoy, el arquitecto vasco Urbano de Manchobas Careaga, natural de Ermua y socio principal del estudio de arquitectura LOMAS Y MANCHOBAS, que es en primera persona el que a la postre se va a encargar de supervisar de principio a fin casi todos los detalles del ambicioso proyecto.
Inaugurado el templo hace justo un siglo – ahora son precisamente los actos del centenario - con una multitudinaria fiesta popular en el mismo campo de la iglesia , invita con posterioridad D. Luis a su casa de Loja a los dos arquitectos mencionados, al entonces párroco de San Juan D. Guillermo Álvarez Sierra y al Obispo titular de la Diócesis de Oviedo, Reverendísimo señor Juan Bautista de Luis Pérez, que había asistido al acto, dándose por finalizada la obra.
La vida siguió su curso, y pocos años después nos encontramos a D. Urbano de Manchobas como Arquitecto municipal de la localidad de Éibar en Guipúzcoa, donde desarrolló una importante labor profesional y siendo además como militante del Partido Nacionalista Vasco, el encargado de diseñar la mayoría de sus sedes, emblemáticos edificios, esplendorosos algunos aún ahora.
Y por ahí vinieron los problemas, pues al iniciarse la guerra civil, y al decidir ponerse el PNV tras ardua meditación del lado de la república, tuvo nuestro protagonista ciertas actuaciones que causaron más de un dolor de cabeza al bando nacional por lo cual se le exigieron las correspondientes responsabilidades al terminar el conflicto, pero afortunadamente para él “en ausencia”, pues por suerte había conseguido salir por pies como tantos otros desde Santander destino Francia, a Amberes posteriormente y ya en 1.939 hacia Venezuela, donde desarrolló su labor profesional hasta su muerte en 1.968 siempre con la añoranza de su tierra a la que siempre deseó volver, algo imposible, ya que el castigo judicial seguía en pie, pues había sido condenado por los vencedores de la guerra a TRES PENAS DE MUERTE por varias causas, la principal entre ellas su papel primordial en el desmontaje del viaducto de Ormaiztegi que tanto daño causó a la campaña militar de los sublevados.
Pero no se quedaron ahí las calamidades de nuestro protagonista, pues a esas tres condenas de muerte se le añadió – a pesar de los desvelos de los dirigentes peneuvistas – otra, pero esta vez de su propio bando: El republicano, pues la república – aunque no oficialmente – le sentenció a muerte por desobedecer los mandatos del gobierno – todo el PNV prácticamente lo hizo - que ordenaban la destrucción inmediata de fábricas e infraestructuras como táctica de guerra, en su retirada hacia Cantabria, conflicto muy serio que salpicó a las milicias del PNV que anduvieron a tiros con los batallones socialistas y anarquistas – asturianos sobre todo - consecuencia todo ello de haber mezclado churras con merinas, pues muy poco o nada tenía que ver el nacionalista católico vasco con el miliciano socialista o anarquista internacionalista y ateo ni siquiera con los republicanos burgueses profundamente anticatólicos en su mayoría, y que al fin y a la postre ocasionaron un enorme embrollo al ilustre arquitecto de la Iglesia parroquial de San Juan, a cuyas tres condenas a muerte se le añadió otra de propina, y esta vez de su propio bando, algo surrealista como poco, ya ven como son las cosas de tontas a veces y las consecuencias que traen.
En fin, esta es a grandes rasgos la rocambolesca historia del hombre que con todo su cariño y profesionalidad hizo posible la construcción de la hermosa iglesia parroquial de San Juan y otras magníficas obras aquí y al otro lado del charco y fue condenado a morir – cuatro veces nada menos - por amigos y enemigos, si esto no es surrealista, que venga Dios y lo vea, ehhhh.
¡Pues eso…!
En el lugar de Loja, parroquia de San Juan, término municipal de Colunga en el Principado de las Asturias de Oviedo, Reyno de España a veintiún días del mes de abril del año de dos mil y veinticuatro del Nacimiento de Nuestro Señor, que EL nos ampare, compuso este libelo el ocioso Lcdo. D. Omar Pardo y Cortina, leal súbdito del Rey Legítimo y fiel siervo de Dios.
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