Miserable es el calificativo que mejor define las declaraciones de las tres concejalas socialistas que afirman sentirse "vejadas, insultadas y agraviadas" por parte de varios miembros del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Llanes.
Miserable es que afirmen que se las acosa por ser mujeres. Miserable es que utilicen la sensibilización cada vez mayor de la sociedad contra el acoso, para acusar a sus oponentes políticos sabiendo que es absolutamente falso. Que se diga que alguien miente, cuando se demuestra que miente, no es un insulto. Y nada tiene que ver con la condición de mujer. Decir que hay que tener la cara de hormigón armado para intentar achacar a otros las propias responsabilidades, no es acoso por ser mujer. Es constatar una realidad.
Que se diga que no hagan teatro presentando una moción para exigir que se reúna una mesa contra el acoso, cuando sabían perfectamente que dicha reunión ya estaba fijada porque estaban convocados a ella, no es acoso por razón de sexo, sino descubrir su teatrera forma de intentar confundir a la gente.
Hay que tener muy poca vergüenza para utilizar su condición femenina para intentar sacar rédito político, sabiendo que las mujeres que realmente sufran acoso van a ver disminuida su credibilidad por declaraciones como las suyas. Además de quebrantar los derechos de los ediles mencionados en sus declaraciones, insultan a las mujeres.
Insultan a quienes sinceramente luchan por la Igualdad y menosprecian la inteligencia de todos los vecinos. Su forma de entender la Política es sucia. Muy sucia.
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