Amores revoltosos en tiempos revueltos

Nuestro columnista Carlos Ortiz de Zárate se casa.

No sería noticia si no fuera por la extravagancia  que lleva este hombre en las tripas y porque, Twitter y  su blog personal han sido el lugar de encuentro. Ella, Iris, 42, sufría en sus carnes el desgarro de su tierra y de su proyecto de desarrollo local limpio y solidario,  en su  Táchira venezolano. Acababa de enterarse de que los recortes afectaban a la especialidad de Turismo, en la que ejerce como profesora y como investigadora. Ingeniero industrial y doctora en Economía, activa un potencial de desarrollo que actualmente desaprovecha Venezuela. Las autoridades habían decidido cerrar una especialidad necesaria para una “generosa” dotación presupuestaria; se va a malgastar dinero que escasea y se traicionan las ilusiones de alumn@s.

Los interesados en más detalles pueden encontrarlos en en el siguiente enlace

Ellos, Julen y Carlos son dos viejos, el primero no sabe que es perro llevan diez años, siempre juntos, viven de la pensión y en aquellos momentos en los que Iris vivía el zafarrancho venezolano  , ellos se dejaban mimar por El Duque y la familia que les había adoptado y por http://www.lacasademitia.es/articulo/cultura/siempre-nos-quedara-paris-carlos-ortiz-zarate/20160615050146055596.html , pero, Carlos sufría una neura porque había encontrado una plaza en el Alvia para viajar a Madrid el 24 de diciembre y no podía coger el billete por los problemas de comunicación entre RENFE y American Express y no podía utilizar otra tarjeta porque el programa no acepta tarjetas no registradas con la empresa física.

Así se conoció esta pareja, un flipe. Después vino Catarsis y casi sin darse cuenta, formaron un equipo, pese a las distancias y a las circunstancias, se sometieron a terapia de trío, Twitter Romance y avanzaron en el equipo. Han esperado 10 meses para encontrarse físicamente, lo hicieron hace una semana, desde entonces están de luna de miel y han enviado la invitación, porque quieren compartir su felicidad y esta es la invitación a la celebración del enlace.

Es otra extravagancia más. Es un sueño, una película. Ojala hubiera muchas más así.

Felicidades, compañeros y gracias por ilusionarnos en este “valle de lágrimas”.