UPA exige la tramitación de la Ley de Agricultura Familiar

La organización agraria UPA ha vuelto a solicitar al Ministerio de Agricultura la tramitación de la Ley de Agricultura Familiar, una normativa largamente demandada por el sector, cuyo objetivo es fomentar el relevo generacional y frenar el abandono de explotaciones y el despoblamiento.

Hace un año, el ministro de Agricultura, Luis Planas, anunció que presentaría un anteproyecto de Ley de Agricultura Familiar antes de finalizar 2024. Esta normativa, ampliamente demandada por el sector, pretende proteger un modelo productivo que constituye el 80% de las explotaciones en España, alrededor de 750.000, y que es vital para el equilibrio económico, social y medioambiental de las zonas rurales.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), principal defensora de esta ley, destacan la urgencia de su aprobación. “Las explotaciones familiares son mayoría en España, pero su futuro está en peligro. Necesitamos un marco legal que las respalde”, señalan. Este modelo, en el que la familia gestiona directamente el trabajo, no solo genera riqueza, sino que también garantiza el mantenimiento de la vida rural y la preservación de los paisajes naturales.

Preocupación por la falta de avances
Sin embargo, a pesar de las expectativas generadas, la falta de avances ha generado malestar en el sector. “Nos sentimos decepcionados por el poco interés mostrado por el Gobierno para dar forma a esta ley”, lamentan desde UPA. Recuerdan que fue uno de los compromisos de investidura del presidente Pedro Sánchez y que debería haberse avanzado en un primer borrador este mismo año.

Un modelo que necesita apoyo real
La Ley de Agricultura Familiar, según UPA, debe garantizar condiciones justas para las explotaciones familiares, promoviendo precios equitativos, contratos adecuados y un etiquetado claro de los productos de origen. También consideran esencial flexibilizar los reglamentos higiénico-sanitarios y fomentar iniciativas como la venta directa, las cadenas cortas de distribución y las producciones de calidad sostenible.

“Somos la base de la Dieta Mediterránea y un pilar fundamental de la Marca España. No podemos permitir que este modelo desaparezca”, subrayan. Además, reclaman normativas que se adapten a la realidad de las pequeñas industrias familiares, como queserías o envasadoras de miel, así como apoyo técnico y financiero que garantice su continuidad.

Un reto inaplazable
Desde UPA confían en que esta ley pueda marcar un antes y un después, como ocurrió con la Ley de la Cadena Alimentaria, que dio herramientas para denunciar abusos en el sector. Creen que esta nueva normativa es crucial para evitar el cierre de explotaciones, frenar la llegada de fondos de inversión, impulsar el relevo generacional y combatir el despoblamiento rural.

“El tiempo apremia. Si no actuamos ya, el coste será irreparable”, advierten desde la organización.