Molinos de Colunga
LOS MOLINOS EN EL CONCEJO DE COLUNGA
Tiene nuestro concejo un gran número de molinos de agua, a los que el rio Libardón, una de las principales arterías fluviales del concejo de Colunga, da impulso. La mayoría de ellos se regian por el régimen de vecería, la propiedad era compartida por los veceros, se repartian los dias, e incluso las horas de molienda. En muchos de ellos se aprovechaban las horas nocturnas, bien porque eran muchos veceros, o porque la estacionalidad de las lluvias obligaba a ello.
Su nacimiento se produjo a causa de la introducción del maíz, y de la necesidad de mejorar las técnicas de convertir el grano en harina.
Aunque el régimen de propiedad dominante, era la vecería, no dejaba de haber molinos que eran propiedad de una sola persona, y se regian por el régimen de maquila. Donde la figura del molinero, tomaba protagonismo y cobraba su trabajo en especie, por medio de la maquila. Se cobraba una medida que equivalía a cuatro kilos de harina molida. Siendo en aquellos momentos la harina fabricada, la base de la alimentación.
De algunos de los molinos inventariados recientemente, no queda ningún resto. Pero gracias a la publicación de Alonso Zamora Vicente, sobre el léxico rural asturiano, podemos recoger el documento gráfico de uno de los desaparecidos. Es el molino del “Fabareyu”. Molino situado en las proximidades de la iglesia parroquial. Llegamos a él, por medio de una carretera asfaltada.
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Molín de Fabareyu |
Cuando escribía: Alonso Zamora Vicente, su libro sobre la parroquía de Libardón, nos dice que tan sólo quedaba el molino del Fabareyu moliendo en dicha parroquía. Molía con dos juegos de muelas. En la mencionada publicación se recoge una fotografía del mismo, en la que podemos observar la típica planta rectangular del molino asturiano, con un gran arco de desagüe, sobre el que abre una ventana y por encima de esta un pequeño casetón, rompe el faldón de cubierta. Tal vez disponía el molino de un pequeño desván. Adosada al edificio del molino se encontraba la casa vivienda del molinero, tanto el molino como la casa cubren a dos aguas. Sobre el cuerpo de la casa de una sola planta, se levanta un espacio abuhardillado, con dos ventanas.
Hace pocos años la casa y molino han sido desmontados y reaprovechados sus materiales para la construcción de una cuadra.
A modo testimonial del molino, queda parte de la canaliega, la reja y el cubo. Del cual nos llama especialmente la atención su gran altura. En una casa próxima a la iglesía podemos contemplar las muelas y frayones, ahora reutilizados como elemento decorativo, en una cerca de cierre.
El molino no está situado sobre el cauce del río, el régimen irregular de las corrientes de montaña no lo toleraba.
Otro de los más importantes de la parroquía de Libardón es el de “Gregorio”. Situado junto al lugar del Cueto, antes de la llegada a Libardón, cruzamos la carretera y nos adentramos en una zona boscosa a través de pistas forestales, una vez que alcanzamos el río, nos encontramos en la zona conocida como "llano del molín".
Cruzamos el río, caminamos unos 300 metros, y a la margen derecha del mismo, nos encontramos el molino de Gregorio.
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Molín de Gregorio |
El edificio de este molino, se puede encuadrar en la tipología de pequeñas dimensiones, de planta rectangular y cubierta a dos aguas. En el frente abre un gran arco de desagüe, formado por grandes piedras dispuestas verticalmente y escasamente trabajadas. Sobre el arco abre una pequeña ventana. La entrada al mismo se hacía por una pequeña ventana. En su interior se conserva la maquinaria de molienda. La entrada al mismo se hacía por uno de sus laterales. Molía con una sola muela por el régimen de vecería.
La maquinaría de molienda se conserva gracias a que hace ahora escasamente unos 15 años, se puso a funcionar por última vez, tras haber llevado a cabo una pequeña restauración.
Justamente por detrás del edificio del molino, se le adosa el cubo, de fábrica de buena piedra, tiene gran altura, una inmensa losa tapa por completo la parte superior del cubo. A este llega la canaliega revestida en su último tramo de piedra.
Parte del tejado y del suelo se han venido abajo y es bastante probable, que si no se emprenden medidas de conservación inmediatas, tal vez en pocos años el edificio del molino se nos venga abajo con todo.
La canaliega recorre aproximadamente 1 kilómetro, desde el lugar donde era represada el agua.
No sólo había molinos de agua, sino también tenemos los de rabilar o pisar, es el nombre con el que se conoce el molino de mano, que se estinaba a separar el grano de la escanda de la película que lo envuelve.
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Molín de rabilar |
Parece que en Libardón había uno en la localidad de Pumerín, pero el mejor conservado en la actualidad tras una reciente y acertada restauración, es el podemos encontrar en la localidad de Villaescusa.
Se localiza sobre un terreno rocoso, en una zona de acusada pendiente. La planta del edificio que cobija al molino tiende al cuadrado y cubre a dos aguas. La fachada no tiene muro está totalmente abierta y en su parte trasera llega hasta una altura media.
Este no es un molino harinero, pero su mecanismo y funcionamiento es similar. Es un molino de desergar, se utilizaba para separar, romper la cáscara de la escanda, era de mano.
Una vez rota la cáscara, se echaba al aire para quitarle los posibles restos que pudieran quedar. Ahora era cuando le tocaba el turno al molino harinero.
A este molino se acercaban los vecinos de Libardón, Pernús, y Santa Eugenia, localidad del vecino municipio de Villaviciosa.
Varias son las iniciativas privadas, que han acometido la restauración de molinos de agua. La mayoría de estos son propiedad de una sola persona. Sin embargo los que quedan por restaurar, conllevan la dificultad de petenecer a varios propietarios. Las retauraciones emprendidas dan como resultado, que tan sólo contemos en Colunga, con un molino en funcionamiento.
La principal artería fluvial como ya se mencionó con anterioridad es la formada por los ríos Libardón y Pivierda. Aparte muchas son las pequeñas riegas, que dieron impulso a pequeños molinos, que tan sólo funcionaban en épocas de lluvias abundantes.
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Molín de Vitorina |
La actividad molinera se desarrolló principalmente, en las parroquias de Libardón y Pivierda, en torno a los cauces más caudalosos del concejo, Rozaya y Pivierda respectivamente. A la altura de la localidad de Agüera, se juntan los dos cauces, y pasa a ser de aquí en adelante el río Libardón. A su paso por la parroquía de la Riera, daba impulso a una serie de molinos, muy importantes en la ecomomía del concejo.
Desde Agüera hacía Colunga encontramos en primer lugar, el de “Luciana”, “la Ferrería”, “Entrepeñas”, “la Máquina”, este último en el barrio de la Nozaleda, ya en la localidad de la Riera.
Desde Agüera y subiendo hacía Libardón, a lo largo de todo el cauce del río que lleva el mismo nombre encontramos los siguientes molinos: “Balanguina”, “del Abad”, “Gregorio”, “Meredal”, “Fabareyu”, “Pedralba”, “el Canteru”, y alguno más del que tal vez no quede ningún rastro, ni si quiera en la memoria de la gente mayor.
Otra de las riegas importantes del concejo, el Espasa a su paso por Loroñe daba impulso a tres molinos, el de la “Llongar”,” Sotu” y el de”Falo”; ubicados todos en la localidad de Loroñe. En las proximidades de Obaya hubo cuatro casas de molinos.
Más arriba en el cauce del mismo río, en la casería del “Prau Grande”, en las cercanias de Carrandi, se encuentra “el molín de Vitorina”. Este molino, es de un sólo molar, está perfectamente restaurado y tan sólo muele en época de lluvias. Es el único molino del concejo que todavía muele, gracias al empeño y dedicación de sus dueños.
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Molín de desesgar |
En el extremo noroccidental del concejo, en la parroquia de Lastres hubo varios molinos en torno al arroyo de Astuera que desemboca en la playa de Lastres. La riega del Frayón en las proximidades de Vallín, daba impulso al “molino Nuevo”. Más próximo a la desembocadura del río Astuera, el arroyo del Candongu vio nacer un molino que lleva el mismo nombre de la riega. Las dos riegas anteriormente citadas vertían sus aguas al Astuera, punto en que se edificó el molino de “Astuera”.
En la localidad de Villaescusa encontramos un restaurado molino de desergar, no es un molino harinero pero su funcionamiento es similar, se utilizaba para separar la cáscara del grano.
El cereal una vez separado de su cáscara era echado al aire, para eliminar los posibles restos de cáscaras. Ahora le tocaba el turno al molino harinero.
A partir de la década de los años 20, el uso de la energía eléctrica trajo consigo un fuerte competidor para los molinos de agua. Eran los molinos elétricos, funcionaban por el mismo sistema de muelas, pero la fuerza motriz era la eléctrica. En el concejo tenemos noticia de la existencía de dos molinos de este tipo, uno en Pernús en la casa de los Miyar y el otro en Lue.
Todos estos molinos tuvieron corta vida, pues la llegada de las fábricas de pan, y el reparto del mismo a domicilio, supuso el final de esta actividad.
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