El Principado ha reforzado la colaboración vecinal en el medio rural para efectuar quemas controladas que ayuden a eliminar combustible en los montes. Para ello, la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial ha simplificado los trámites, ha editado folletos informativos y ha establecido mecanismos de supervisión. 

Esta práctica es una de las medidas recogidas en la Estrategia Integral de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales en Asturias 2020-2025, la herramienta de gestión y principal marco de las políticas y actuaciones del Gobierno de Asturias en esta materia.

El número de peticiones recibidas este año asciende a 121, una cifra que se ha ido incrementado desde 2019, lo que demuestra la buena acogida que la iniciativa tiene entre vecinos y ganaderos. La mayoría de las solicitudes proceden de las comarcas de la montaña central y el oriente de la comunidad. Así, los concejos donde más quemas controladas se realizan son Piloña, Sobrescobio, Caso y Onís.

El Ejecutivo ha simplificado los trámites para agilizar el proceso. De este modo, la persona o asociación que pretenda llevar a cabo una quema controlada debe remitir una solicitud en la que defina la zona donde se va a actuar y especificar los medios de los que dispone Una vez aceptada la petición, el Principado pone los medios en colaboración con los vecinos implicados.

Las quemas controladas se realizan bajo el asesoramiento de los técnicos de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, con la participación de agentes del Medio Natural y, dependiendo de la modalidad de quema, con medios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) y los Equipos de Prevención Integral de Incendios Forestales (EPRIF).

Antes de realizar la quema se estudia la opción más adecuada, en función del tipo de zona y la intensidad arbustiva. Las alternativas van desde la quema por matas a la más intensiva en zonas de mayor densidad. En todo caso, siempre se respetan las indicaciones que marca el nivel de riesgo de incendios y se evitan las épocas más secas.