Por Pelayo Barcia Castañón, en El Comercio

El reciente anuncio de la ubicación de unos andenes cubiertos en la Acerona, junto a la Gota de Leche, en la Plaza de Europa y en la Casa Rosada, para crear un intercambiador de autobuses urbanos e interurbanos, con fondos europeos, es la consecuencia evidente de haber proyectado la estación intermodal en Moreda.

 

En caso de realizarse, esta operación produciría una importante pérdida de viajeros a la empresa de autobuses interurbanos, similar a la que sufrió FEVE con el derribo de la antigua estación de tren. Y por ello, ahora el Gobierno del Principado plantea este intercambiador, moviendo la actual estación, de la calle Llanes, a solamente 100 metros, a una pseudoestación de carácter público en la Casa Rosada (con unos andenes no muy diferentes a los actuales). Un reconocimiento explícito por parte del PSOE de que la estación de tren de Moreda no funcionaría por su lejanía del centro, por lo que, en la práctica, se rompe la intermodalidad de los diferentes transportes para minimizar el impacto sobre dicha empresa. De hecho, hay borradores de ADIF que anticipaban lo que está sucediendo.

 

Con esta operación, la principal empresa de transporte de viajeros de Asturias podrá disponer de su edificio para lo que estime oportuno. De hecho, una reciente sentencia judicial le permite otras actividades diferentes a la actual, como por ejemplo, el uso para la edificación de vivienda residencial, y podrá seguir operando sin perder viajeros en el nuevo anden financiado con fondos europeos, también públicos. En paralelo, el PSOE podrá seguir adelante con su proyecto de estación en Moreda, ya no intermodal, sin encontrar oposición en este sector empresarial. Por tanto, ambos ganan.

 

El transporte de viajeros no es el único sector empresarial beneficiado con esta operación. Al alejar la estación del centro, las mejores parcelas del Solaron, las más céntricas, están disponibles para nuevas viviendas, beneficiando así también al sector de la construcción, que también apoya el cambio del Plan de Vías.

 

En definitiva, es evidente que aquí lo que hay es un intercambio legítimo de intereses. Por un lado, dos sectores empresariales que buscan, como es lógico, el máximo beneficio para sus empresas. Y por otra parte, el interés político, el PSOE autonómico, que busca que la estación de tren cueste lo menos posible para no ‘molestar’ a Moncloa, porque el dinero estatal se ha ido a otras comunidades. Un triple ‘win’.

 

Decimos PSOE autonómico y no el PSOE de Gijón, porque de este ‘intercambiador de intereses’ el gobierno local no sabía nada. Prueba de ello es que el concejal de Movilidad, en la pasada Comisión, explicó que el Plan de Movilidad, que lleva meses elaborando y que está a punto de presentar, no recoge nada de esta idea autonómica que ha venido como por sorpresa.

 

Es decir, no solo se está produciendo un intercambio de intereses de altos vuelos que, como siempre, deja fuera a los gijoneses de a pie que no van a obtener ninguna mejora en sus conexiones y, encima, van a sufrir unos mamotretos que eclipsarán a dos edificios emblemáticos de la ciudad, La Gota de Leche y La Casa Rosada, sino que nuestros gobernantes locales son ajenos a todo lo que está pasando, lo que les deja a la altura del betún. Al menos se llevan la propina de la revancha política. Y es que gracias a este intercambio de intereses entre sus mayores, se rompe lo pactado, por consenso, en el anterior mandato municipal sobre el Plan Vías, algo que seguramente deja satisfecha a la actual alcaldesa, pero que de nada vale para los gijoneses. 

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