
Ni más ni menos, sí; ya saben aquello de: "Los Lunes en Infiestu, los Martes na Pola, los Miércoles en Villaviciosa, los Jueves en Colunga, los Viernes en Posada, los Sabados en Arriondas y los Domingos en Cangas "
Y aún así sigue siendo la cosa desde el Medievo, ya ven, y es que algunas cosas cambian y otras, pues no.
En Colunga La actual Plaza de Abastos tiene cuatro días, cosas de la segunda remodelación urbanística de los Argüelles, que bajo la presión de los Liberales no tuvieron alternativa y muy a su pesar se llevaron por delante "EL ROLLO DE COLUNGA" sito frente a la casa de Doña Rufina de Cobián, que era el símbolo más señero del Antiguo Régimen y de ahí la inquina - como no -
Así pues el mercau tradicional de los Jueves en Colunga toda la vida fue en La Plaza de Argüelles, ehhh.... Que lo sepan.
Y si no me creen vean esa antigua " semeya" que les muestro ahí que lo ratifica fehacientemente.
Tampoco la Literatura fue ajena a este asunto y muestras sobradas hay de ello.
También ahí les muestro un ejemplo muy convincente.
Ahí nos habla de lo que fue el mercau de la llamada “Plaza de Argüelles” uno de los linajes más antiguos de la localidad del que se tiene noticia ya en el siglo XIV, donde se hace referencia a D. Gonzalo Suárez de Arbuellos – que es lo mismo que Argüelles – como merino mayor de Don Alfonso de Castilla en tiempo de su padre D. Enrique II de Trastámara o a Don Alonso González de Argüelles, colungués, alcalde en Asturias del Rey Don Juan – Juan I el de los realengos de Lara y Vizcaya – en el año de 1386
Ahí se celebró tradicionalmente el mercau de los Jueves durante siglos, mucho antes incluso ya de la primera remodelación urbana de D. José de Argüelles que hizo derruir los dos hórreos que ocupaban la mayor parte de la plazuela a efectos de que fuera utilizada para tal fin.
Con posterioridad y una vez eliminados los tres hórreos existentes y otras edificaciones menores entre ellas el “Rollo de Colunga” (aunque esta ya fuera eliminada durante el trienio liberal) señera enseña concejil, que se hallaba enfrente de la casa de Doña Rufina Cobián, se trasladó a la actual plaza donde se celebra hoy día (sin cubrir) hasta los años cincuenta del pasado siglo durante la alcaldía de D. Hernán Pérez – Cubillas como todos ustedes ya saben.
El devenir de los acontecimientos hace que a partir de ese momento la Plaza de Argüelles pierda su papel preponderante quedando en el olvido incluso su nombre, hasta que aún en plena guerra civil una vez “liberado” el territorio colungués por las fuerzas sublevadas fuera rebautizada poco después como “Plaza del General Vigón” en honor del General D. Juan Vigón y Suerodíaz uno de los más significados líderes del bando nacional, que había nacido justo allí en esa misma plazuela, en la secular mansión de los Argüelles, propiedad en ese momento por la natural evolución de las cosas de su padre, D. Braulio Vigón, claro que es de justicia indicar que para nada fue el cambio de denominación del agrado de D. Juan hombre de proverbial modestia, no obstante dadas las circunstancias históricas hubo de transigir – como disciplinado militar que era - aunque bastante contrariado, con este obsequio y otros que se le hicieron obligado por poderosas razones de propaganda y protocolo que le fueron impuestas por el mando.
Claro que lo verdaderamente esperpéntico viene ahora, pues con la tan cacareada Ley de la Memoria “histérica" , esa plazuela se llama actualmente “Plaza Vigón” a secas con lo que nadie sabe exactamente a qué atenerse.
¿El motivo? Pues nada más sencillo, D. Juan Vigón está en la lista de “malos” elaborada por el “amigo” Garzón con motivo de la memoria histérica esa, y claro…
Pero cuidado, que el esperpéntico teatrillo de los actuales príncipes del plebeyismo aún no ha terminado, y si no me creen consulten ustedes la “lista Oficial” de escritores colungueses en cualquier enlace “web” de la administración la local incluida, como no…
¿Ven ustedes por alguna parte al también General, Jorge Vigón todo un premio Nacional de Literatura en un pueblo de cuatro gatos?
Pues ya se lo digo yo para que no se molesten: “No”, ni lo verán…
Y luego aún me dicen que soy un cansino insufrible con la cantinela esa de la masonería…
¡Homenomejodas…!
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