Omar Pardo: Memorias centenarias, la industria de la sidra champanera asturiana al otro lado del charco

En fin; bastante más que centenarias , que el asunto no es nuevo ni va pallá, pues ya a mediados del siglo XIX se produce la primera sidra “espumosa” de la mano de D. Tomás de Zarracina, un proceso que consistía en la champanización de la sidra natural, aunque en realidad parece ser según los expertos, que el término “Sidra Champagne” se reservaba para la bebida gasificada de forma artificial, asunto que llegó después de la mano de otro famoso llagarero de Colloto, D.José Cima ya a finales de siglo (1.884)

Este descubrimiento supuso un avance extraordinario, no solo para la elaboración de sidras champanizadas sino también en todos aquellos aspectos que condicionaban su comercialización especialmente en el enorme mercado del otro lado del charco, y así fueron surgiendo como setas en otoño, multitud de industrias de ese jaez, tales como la propia Cima en Colloto, Blanco y Saro en Colunga y Ribadesella, , Verretera y Cangas en Gijón, Nachón y C.I.A en Infiestu, el Gaitero en Villaviciosa, y como no, una de las más antiguas y señeras que fue en su día la que más fama alcanzó de todas “SIDRA CHAMPAGNE EL HORREO” de Pablo Pérez e Hijos en Colunga, entre otras muchas.

Fue a finales del XIX cuando el sector se desbocó en una suerte de frenesí en el que el papel de los morriñosos emigrantes de ultramar fue clave para que la bebida se hiciera potente al otro lado del charco, con la consiguiente exportación masiva hacia Hispanoamérica y Filipinas.

La industria vivió una época dorada que se prolongó hasta la guerra civil, registrándose en Asturias cerca de medio centenar de empresas en el periodo comprendido entre 1884 y 1936, bastantes más si contamos no pocas un tanto “piratas”, que la presión fiscal en la época no era tan sádica como en la actualidad y algo se hacía la vista gorda.

Como consecuencia de ello y aunque el mercado era amplio, la competencia también era fuerte, y fue ahí cuando las diferentes empresas combatieron frenéticamente, invirtiendo ingentes cantidades de dinero en promoción, tanto en asistencia a Ferias Nacionales e Internacionales como en un despliegue de medios publicitarios con unos costes impensables hasta entonces.

Y es ahí en esa faceta donde más éxito tuvo la Champanera de Colunga de LOS PABLOS , que coleccionó multitud de galardones tanto aquí como en el extranjero , destacando entre ellos los de las prestigiosas Ferias entresiglos de Paris (en una de las cuales estuvo presente como reclamo promocional ni más ni menos que al mejor gaiteru de la época que por cierto era de la casa,; EL GAITERU LIBARDON) , de Buenos Aires, y de otros muchos lugares de uno y otro lado del Atlántico.

Sus postales publicitarias eran harto conocidas tanto en Madrid y en el resto de las grandes ciudades españolas como allende los mares en los más prestigiosos Hoteles y Balnearios entonces tan de moda de Buenos Aires, Miami o La Habana sin ir más lejos...

Los protagonistas de las mismas eran muy variopintos, desde líderes religosos como el mismo Papa, pasando por personajes de la Corte, e incluso Reyes, hasta las más famosas “starletts” y “cortesanas” del momento, que el mercado era muy heterogeneo y tanto o más se consumía en El Folies Bérgeren de París u otros garitos menos glamurosos que en la Corte, el lujoso Hotel Majestic de Buenos Aires, o el Casino de La Habana.

Y como prueba fehaciente, ahí tienen unos clarividentes ejemplos de ello en esas postales que les muestro, todas ellas con protagonistas de tronío, como Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci más conocido por ustedes sin duda por Papa León XIII, o la mismísima Reina Regente María Cristina de Habsburgo utilizando para ello un retrato propiedad del Museo del Prado.

Pero no solo de las élites vive el hombre, que también hay que prestar atención y mucha al creciente mercado de las clases populares, y quién más popular entre ellas que la entonces vedette principal del mismísimo “Folies Bérgere” de París, y musa de Touluse - Lautrec nada menos, que no era otra que la “cortesana” gallega Agustina Carolina del Carmen Otero Iglesias, “La Bella Otero”, bastante más popular por cierto por sus aventuras de alcoba que por sus cantos y habilidades artísticas, algo más viejo que el mundo; ya saben…

En fin, memorias centenarias, como tantas otras que este cura les relata aquí más que nada para que no queden en el olvido, que no se lo merecen.

En el lugar de Loja, parroquia de San Juan, término municipal de Colunga en el Principado de las Asturias de Oviedo, Reyno de España a trece días del mes de noviembre del año de dos mil y veinticuatro del Nacimiento de Nuestro Señor, que EL nos ampare, compuso este libelo el ocioso Lcdo. D. Omar Pardo y Cortina, leal súbdito del Rey Legítimo y fiel siervo de Dios, que bien saben ustedes ya que:

“EL QUE NON TIEN QUE FACER MATA MOSQUES CON EL RAU”

Omar Pardo y Cortina.