El consejero de Desarrollo Rural, Agroganadería y Pesca, Alejandro Calvo, y el director general de Medio Natural, David Villar, han presentado hoy el programa de gestión del lobo para el periodo 2019-2020, que prevé controles de población allí donde la presencia de estos cánidos comprometa la viabilidad económica de las explotaciones agropecuarias, con el fin de reducir los daños en la mayor medida posible.
El nuevo texto, que se ha dado a conocer en el comité consultivo del Plan de Gestión del Lobo, da cumplimiento al plan vigente, que obliga a elaborar programas anuales y define los cupos de extracción estimados para cada zona de presencia habitual y para el conjunto de la esporádica. Estos límites se fijan en función de los datos poblacionales recogidos, la evolución del número de daños y el grado de conflictividad social, así como de la disponibilidad de posibles presas silvestres y los métodos a emplear en cada caso.
El documento aspira a conservar la especie en el contexto geográfico de la población noroccidental ibérica y llevar a cabo una gestión favorable a los intereses de los habitantes de territorios que puedan verse afectados, tanto mediante la reducción de daños como a través de la compensación económica en aquellos casos en que se produzcan, buscando fórmulas que agilicen la tramitación administrativa.
Actualmente, la población estimada de lobos en los ciclos naturales de 2017 y 2018 es, respectivamente, de 41 y 40 manadas o grupos familiares, cifras que se mantienen estables desde hace un lustro.
En cuanto a los daños, han disminuido paulatinamente desde 2014, año en el que se alcanzó un máximo de 4.645 reses afectadas. En 2017 fueron 3.839 y en 2018, 3.317. La especie más perjudicada sigue siendo el equino, como en años anteriores, seguida del ovino.
El programa de actuaciones para 2019-2020 establece un cupo máximo de extracción de 42 ejemplares. En concreto, fija los siguientes cupos para las diferentes zonas de gestión: noroccidental (5), El Palo-Esva (6), suroccidental (6), Centroccidental (7), central (6), centroriental (8) y Picos (4). En esta última se excluye el territorio del Parque Nacional de los Picos de Europa, que cuenta con su propio programa de control, derivado de su legislación específica, y que se realizará en el marco de la coordinación interautonómica.
Las zonas de gestión son aquellas en las que es habitual la presencia de grupos reproductores de lobo. Existen otras áreas en las que la aparición de ejemplares y su posible reproducción es esporádica. En estas últimas, el control se desarrollará permanentemente y sin limitación de cupo, con el fin de mantener su estatus actual como zona de dispersión esporádica.
También se han presentado en el comité consultivo las nuevas líneas de actuación y criterios de valoración de las bases reguladoras que regirán la concesión de ayudas para la prevención de daños a la ganadería. Está previsto que se publiquen antes de fin de año y suponen un importante avance respecto a las anteriores, dado que se adaptan a la casuística y circunstancias de la cabaña ganadera en régimen extensivo.
La Consejería de Desarrollo Rural analizará ahora todas las aportaciones al plan realizadas en la reunión por los miembros del comité.
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