Cristina Coto: “El cambio sensato en Oviedo tendría que comenzar por configurar  un equipo municipal con capacidad de liderazgo para cambiar la cutrez intelectual y la degradación urbanística de unos mandamases indocumentados”

“Oviedo es un buen ejemplo de esta patología social y política que hace que los ‘retos’ previsibles de ayer casi siempre hayan degenerado en ‘problemas’ insolubles de hoy”

“Los ovetenses de hoy recogemos esa herencia del pasado, tanto del remoto como del reciente, con regalos envenenados por un grandonismo fantoche: los ‘Villa Magdalena’, ‘Operación de los Palacios’, ‘Ausencia de Ronda Norte’, ‘concursos de Sálvame con el recurso a la participación ciudadana’  y tantos otros que constituyen el patrimonio de la herencia de una absoluta falta de ambición”

“Ya se sabía desde 2002 que el complejo hospitalario de El Cristo se moría, por traslado, un montón de años que debieron aprovecharse para prever, planificar siquiera mínimamente un futuro para un barrio que iba a perder su motor. Estamos ante la historia de un despropósito en un hueco estratégico de nuestra ciudad”

“La ciudad tiene que abordar el reto de incorporar la Universidad a su diseño y ha de acometer una gran propuesta: la reordenación de sus campus y la concentración de las facultades que tiene repartidas por la ciudad en parte de los terrenos liberados, evitando así la dispersión de las facultades”

“La Ronda Norte es vital y también lo es la conexión del nuevo HUCA con la AS-II, para evitar el ‘colapso circulatorio’ en torno al nuevo Hospital y en la zona oeste de la ciudad”

Texto íntegro de la conferencia titulada ‘Los grandes retos urbanísticos de Oviedo’ ofrecida por Cristina Coto en el Seminario Gerardo Turiel, del despacho Mijares Abogados, de Oviedo :

Buenos días, y gracias en primer lugar al Seminario Gerardo Turiel, al Bufette Mijares y muy especialmente a Ramón, su gran artífice, por haberme invitado a participar en estas jornadas sobre el Urbanismo en nuestra ciudad, en Oviedo.

Quisiera advertir de manera previa que me ceñiré a mi papel de portavoz de una fuerza política. Una fuerza que ganó las elecciones al Principado de Asturias en 2011 con un programa de cambio que no ha perdido  ni un ápice de vigencia para afrontar los grandes problemas de Asturias, como ponen de manifiesto los crecientes problemas de su capital, Oviedo. A ellos me voy a referir desde esa perspectiva, la que me da mi responsabilidad ante los ciudadanos. No invadiré, por tanto, el territorio de los especialistas porque, además, sería imprudente por mi parte delante de quienes hoy nos acompañan y lo seguirán haciendo hasta que finalicen estas jornadas. Habrá urbanistas, Felipe Díaz de Miranda, uno de los ponentes lo es, a la vez que un reconocido arquitecto que sabrá perfectamente de lo que habla,  y en todo caso mucho mejor que yo de los complejos aspectos técnicos que rodean esta materia.

Me sitúo más próxima a la atalaya de Ramón del Fresno quien, como presidente de la Asociación de Vecinos de El Cristo-Buenavista, pondrá sobre la mesa sus soluciones, las demandas y las propuestas de los vecinos, en un momento en el que se reivindica con fuerza la participación ciudadana para suplir la holgazanería gubernamental y la falta de liderazgo cívico, a la hora de definir el futuro de las ciudades, participación que no es tampoco una novedad porque la figura de la “información pública” está ahí precisamente para eso mismo. Me sitúo en su línea, con un matiz, y es que hablaré como portavoz de quien entiende, además, que los partidos somos, o debemos de ser ante todo, cauce de representación y participación ciudadana -esta es la esencia de los partidos-, que nos obliga a tener criterios y programas en el campo del urbanismo, entendido como una herramienta que ha de estar al servicio justamente de los ciudadanos.

Por eso me centraré de manera especial en describir lo que desde FORO, y hoy yo en su nombre, consideramos que son los grandes retos urbanísticos de nuestra ciudad, y hago otro matiz, y es que hoy en política en ocasiones se habla de “reto” eufemísticamente en lugar de “problema”, porque al fin, y ya sea por razones presupuestarias como de necesidad de consensos tanto políticos como con los propios ciudadanos, nos hallamos ante verdaderas y complicadas dificultades. Si un “reto” se transforma en “problema”, el diagnóstico no falla: alguien en el pasado no se ocupó a tiempo de atender el “reto”, y el tiempo lo ha devorado y se convierte en un “problema”. Oviedo es un buen ejemplo de esta patología social y política que hace que los “retos” previsibles de ayer casi siempre hayan degenerado en “problemas” insolubles de hoy.

INTRODUCCIÓN

Oviedo presenta sus propios condicionantes naturales, como su orografía, con sus desniveles, que nos recuerdan a aquellos tiempos no tan lejanos en que se hablaba de “bajar” o “subir” a Oviedo, refiriéndose al pequeño centro urbano; peculiaridades pues específicas como valle,  entre la Sierra del Aramo al Sur y el Monte Naranco al norte, como límites de la expansión de la Ciudad. 

Estos condicionantes, en todo caso, nunca fueron suficientes para frenar el crecimiento de nuestra ciudad, que se produce desde su fundación en el  siglo VIII, sin olvidar los asentamientos previos, pues justamente las sucesivas obras nos permitieron descubrir el posible pasado romano de Oviedo. Por supuesto episodios como los ataques musulmanes que la destruyeron y saquearon en el año 794, el devastador incendio de 1521, la tragedia de la Revolución del 34 o la Guerra Civil, sí fueron malogrando una ciudad que creció, de algún, modo, acuciada por esos desastres a los que hubo que dar respuesta.

Así, hasta mediados del siglo XIX la ciudad, en su bello cinturón amurallado, crece poco, si bien apunta maneras por su estrecha vinculación con el Camino de Santiago y sus reliquias. Y digo que crece poco pero sí que va poniendo semillas de futuro, con la desecación de El Fontán o la pujanza cultural entorno a nuestra Universidad o a la Sociedad de Amigos del País, que hacen que Oviedo se expanda, aunque sea pocos cientos de metros, al Postigo, Riego o el Campo.

Será ya en el siglo XIX y con el influjo de la Fábrica de Armas, que se asentará definitivamente en el confiscado y lejano monasterio benedictino de Santa María de la Vega, cuando arranque la explosión de Oviedo y se asienten Fundiciones Metalúrgicas como La Amistad y Bertrand, la Fábrica de Gas o la Tabacalera. Junto a ello, nuestra centralidad privilegiada, la llegada del tren o la pujanza económica de los emigrantes retornados, que se une a un floreciente comercio burgués, configura una ciudad expandida más allá del Oviedo redondo original.

Frente a esta nueva realidad y sin Ley de Ensanche, se producirá de manera localizada y paulatina el Ensanche de Uría, que condicionará un crecimiento comercial que va configurando una ciudad industrial pero también terciaria. Y a la vez zonas como San Lázaro, Santo Domingo, Argañosa o Pumarín se conforman como barrios populares, uniendo antiguas zonas rurales con el centro de la ciudad. Sin duda la terrible devastación de la revolución del 34 y la Guerra Civil, en las que tres de cada cinco inmuebles son derruidos, deja una ciudad en ruinas.

Pero “A lo largo, a lo ancho, a lo alto, empezó Oviedo a crecer y a transformarse obligado por la necesidad”, en palabras de Dolores Medio, y el Plan de Urbanización o de Reconstrucción Nacional de Valentín Gamazo de 1941 planteó ese crecimiento a lo ancho. A lo algo digamos que se aprovecharon casi al centímetro los espacios existentes en zonas ya desarrolladas y creció la ciudad en los 80 y 90.

Ya en los 90, con la alta demanda de vivienda y las necesidades propias de un momento de crecimiento económico –vacas gordas-, se van tomando medidas encaminadas a paliar el abandono del Oviedo redondo, es el llamado “guapismo” del modelo Oviedo, que permitió, eso sí, homogeneizar los barrios, que comienzan a recibir inversión y ven eliminada la barrera urbanística sobre la que crecieron, me refiero a la vía estrecha que constreñía el pequeño Oviedo desde la estación de El Vasco hasta Económicos.

Finalizo estas pinceladas de ambientación de mi intervención refiriéndome a la normativa, otra piedra angular de la gestión urbanística: desgraciadamente tanto el TROTU (Decreto Legislativo 1/2004, de 22 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de las disposiciones legales vigentes en materia de ordenación del territorio y urbanismo), como su Reglamento, el ROTU (Decreto 278/2007, de 4 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Principado de Asturias) resultan innecesariamente complejos a la hora de su aplicación e interpretación, como así reconocen los actores del sector, desde promotores hasta técnicos en la materia. Por ello y como cuestión previa sí creo que los políticos asturianos debemos facilitar a los especialistas un nuevo marco legislativo y reglamentario que garantice que el desarrollo de aquellas ideas de las “polis” asturianas y la ejecución de las correspondientes propuestas para configurar el territorio y la urbe se ajusten a una Ley de nuestro tiempo, lo que pasa por unas nuevas normas que permitan afrontar mejor los retos de la actual situación. La poca claridad de las disposiciones vigentes y su alambicada redacción contribuyen poco a clarificar estos asuntos tanto desde la perspectiva de los que tienen que aplicarlas como de sus destinatarios. Y es que el embrollo de la normativa y la histórica opacidad también tienen incidencia en la participación ciudadana, a la que luego me referiré.

En definitiva, las Leyes han de dictar el marco formal de actuación. Pero es obvio que las leyes no aseguran que, dentro de la legalidad, las ideas y las decisiones de los gobernantes en materia urbanísticas sean acertadas o desacertadas para  resolver los problemas que surgen en el territorio y condicionan la vida de los ciudadanos y de las empresas. Y en tal sentido afirmo ya que a cada actor, su papel. A los políticos nos compete aplicar el sentido común para seleccionar  y escoger las ideas útiles que surjan en el plano intelectual, para que, a su vez, las planifiquen y desarrollen los especialistas y los expertos; y las ejecuten los funcionarios públicos y los agentes privados.

1. LA INEXISTENCIA DE UN PROYECTO PARA EL OVIEDO DEL SIGLO XXI

A finales del siglo XX en Oviedo se atendieron las necesidades básicas del momento; ya me he referido al proceso de dignificación de todos los barrios para alcanzar un estándar homogéneo. Pero al comenzar el nuevo siglo nos encontramos, una vez más, con que Oviedo carece de proyecto de ciudad del futuro para el siglo XXI; por carecer, carece hasta de la inquietud cívica de tenerlo. Y así, el crecimiento anárquico e improvisado es la única alternativa a la parálisis de una ciudad que ha vuelto a echarse a “dormir la siesta”, sin cabeza y sin liderazgo ciudadano; sin rumbo colectivo ni directrices asumidas por sus habitantes. Es el gran problema, del que surgen los demás. 

1.A) EL ORIGEN DE LA CUESTIÓN

Al irrumpir el siglo XXI asistimos a una gran ciclogénesis de crecimiento con la aparición de urbanizables: Monte Cerrao, La Ería, Olivares, La Florida o La Corredoria. ¿Por qué se ha convertido en un problema? Porque esa incorporación se produce sin visión integral ni un proyecto de futuro para una ciudad que, a la vez, tiene que afrontar cambios capitales, como el inicio de la construcción del nuevo HUCA; el reto de unir la expansión urbanística de poblaciones limítrofes como san Claudio con Las Campas o con zonas de Siero, o el de potenciar la cercanía de zonas tradicionalmente rurales como La Manjoya. De este modo se generan disfunciones que la falta de iniciativa pública y de inversión privada no pueden atajar. 

Por ello y en mi opinión, esa necesidad de una regeneración urbana integrada para Oviedo es consecuencia de un crecimiento desmesurado y anárquico, por acéfalo, durante el último siglo; y, a la vez, de un modelo de gestión movido por el afán de lucro del “ladrillo”, que a la postre hizo estallar la llamada “burbuja”, lo que ha tenido repercusiones en la ciudad que hoy tenemos ante nuestros ojos, asomada al abismo del vacío de ideas y de proyecto de respeto, tanto hacia la ciudad del pasado como hacia la ciudad del futuro.

Y me paro un momento para recordar un episodio que vivió nuestra ciudad en los albores del siglo XX, y que pone de manifiesto que no siempre se aprende de la historia, me refiero a la “bárbara piqueta municipal” que fue como en Oviedo se calificó el derribo del acueducto de los Arcos de los Pilares, propuesto por un grupo de concejales el 3 de octubre de 1903; un arco que había sido calificado como “obra de romanos” por Jovellanos en 1790. Efectivamente, se derribó, hace poco más de un siglo, se derribaron 41 magníficos arcos que estuvieron casi tres siglos quitando la sed a Oviedo.

Y se derriba por una concepción renegadora del pasado medieval, una vez que el Acueducto ya está arruinado por falta de atención. Y hecha esta parada vuelvo al presente: ¿no les recuerda esto la primera propuesta de derribo de los edificios de El Cristo, primero total, luego que algunos, ahora que no se sabe ni cuáles ni cuando. La historia se repite y finalmente el abandono durante largos años terminará puede acabar siendo la excusa perfecta para acometer los derribos. Yo les puedo decir que la Junta General aprobó –no por unanimidad- una propuesta de mi partido para que se nos entregue una relación de los edificios que se pretenden derribar y de los que se pretenden rehabilitar, pero por supuesto, adjuntando los informes técnicos que avalen estas decisiones. Esta iniciativa se aprobó el 19 de febrero, no hemos recibido ni un solo papel.

Si Max Dvorak dividió en su Catecismo de la Restauración -1916- las agresiones a los monumentos en 4 epígrafes: I. Por ignorancia o indolencia. II. Por codicia o fraude. III. Por ideas de progreso mal entendidas y IV. Por obsesión por un falso embellecimiento, vemos una vez mas que no hay nada nuevo bajo el sol, que las agresiones o los derribos –que serían la agresión definitiva- presentan, al menos, 4 tipos de causas según Dvorak.

Fermín Canella calificó aquel derribo de los Arcos de “atentado a la historia, el arte y las tradiciones locales”, y alertó de que se había “despojado Oviedo de obras características y monumentales, de memorias de su pasado, perdiendo su sello singular y distintivo en Asturias”, porque no podemos olvidar que también hemos padecido el derribo de la Quinta de Concha Heres, de El Fontán o de emblemáticos edificios de nuestro Casco antiguo.

Creo firmemente que debemos poner los medios para que Doña Piqueta no vuelva a hacer aparición en nuestro urbanismo y en este sentido vuelvo al presente, con los riesgos ya citados sobre El Cristo, la Plaza de Toros,  ahora un espacio selvático cerrado a los vecinos y usuarios o el rico patrimonio que se “oculta” dentro del recinto de La Vega.

1.B) ¿QUÉ ES OVIEDO HOY?

El Oviedo de hoy, o mejor, los ovetenses de hoy recogemos esa herencia del pasado, tanto del remoto como del reciente, con regalos envenenados por un grandonismo fantoche: los “Villa Magdalena”, “Operación de los Palacios”, “Ausencia de Ronda Norte”, “concursos de Sálvame con el recurso a la participación ciudadana”  y tantos otros que constituyen el patrimonio de la herencia de una absoluta falta de ambición, en los que no voy a entretenerme porque son mas que conocidos. Ahora bien, debemos de recordar que no tenemos la posibilidad de renunciar a la herencia que, por utilizar una metáfora, es lo que sí pueden hacer las víctimas del confiscatorio impuesto de sucesiones asturiano. 

Ya he dicho que Oviedo hoy es una ciudad sin cabeza y sin liderazgo cívico; sin rumbo ni directrices. Está en manos de los instalados en una simple rebotica de ambiciones, resentimientos y revanchas, que agota su función en la inútil tarea de reescribir el pasado con el plumín de la desmemoria, y que ni siquiera tiene conciencia de los males que sobrevendrán en una ciudad que se olvida de su identidad y que renuncia ante sus ciudadanos a diseñar un futuro imparable. A los gobernantes de hoy, instalados en el laboratorio de la rebotica, ni siquiera les interesa echar una ojeada al mundo que nos rodea para encontrar buenos y malos ejemplos, porque la imaginación se agota en el Centro Ecuestre El Asturcón o en la nueva ciudad deportiva del Real Oviedo que no sabemos si se marchará a Siero.

El cambio sensato en Oviedo tendría que comenzar por configurar  un equipo municipal con capacidad de liderazgo para cambiar la cutrez intelectual y la degradación urbanística de unos mandamases indocumentados. Sin este requisito previo, me parece imposible plantear siquiera los retos urbanísticos de la ciudad de manera alejada de quimeras. Parto de la base de que el urbanismo ha de estar al servicio de los ciudadanos, de que su participación es imprescindible en el marco de procesos participativos reglados, donde los técnicos jueguen igualmente su imprescindible papel, y finalmente de que, frente a planteamientos adanistas, la participación ha existido siempre, como ya dije, pero no puede sustituir ni mucho menos suplantar  el liderazgo cívico ni la dirección, democráticamente elegida, por mucho que ésta haya dimitido de sus obligaciones políticas.

Y al hilo de esta ultima reflexión creo sinceramente, y ejemplos estamos viendo, que se está usando la participación ciudadana por determinados políticos como “manera de ganar tiempo”, de “hacer como que se hace” y por tanto de engañar a los ciudadanos, cuando finalmente no se hace nada. Pregunta ¿Cómo se explica sino que vayamos por el tercer proceso de participación ciudadana en El Cristo? ¿O por el cuarto, si computamos a aquel Comité de Sabios Ayuntamiento-Principado que recogería las líneas maestras del plan urbanístico para las parcelas del Cristo y la Vega, un total de 280.000 metros cuadrados, y que estaría listo en septiembre de 2014?

La participación ciudadana es un plus en la gestión urbanística, junto, repito, el asesoramiento técnico y una intachable gestión política; y son esenciales los tres aspectos, al igual que es necesaria la previsión económica; de lo contrario nos encontraremos con “papelitos” que no tendrán ninguna virtualidad practica.

Finalmente, no quiero olvidar la importancia del sector servicios; Oviedo es una ciudad canalizadora del comercio y las finanzas del conjunto de Asturias, con un papel históricamente terciario, ligado decisivamente a su función capitalina y a su carácter de centro de servicios, y ello debe servir de piedra de toque a la hora de hablar de los retos urbanísticos de esta ciudad de cara al siglo XXI.

2. LOS RETOS URBANÍSTICOS DE OVIEDO

2.1) OVIEDO, UNA CIUDAD QUE HA DE CRECER HACIA ADENTRO.

Tras el crecimiento de los últimos años al que ya me he referido - viviendas, terrenos urbanizables, población- es innegable que el contexto actual es distinto y la divergencia económica asturiana en términos de crecimiento con el resto de España pone en evidencia un futuro “complicado”, sin olvidar unas tendencias demográficas que requieren acciones contundentes.

El urbanismo deberá, también, adaptarse a las circunstancias; Oviedo cuenta por ejemplo con un amplísimo parque de viviendas vacías que se unen a miles de viviendas proyectadas en un contexto de no crecimiento poblacional, y a la vez ahí están esos dos grandes cráteres de El Cristo y La Vega. Por eso tras un periodo muy expansivo es el momento de centrarse en el Oviedo interior, en el que destaca el Oviedo Redondo, germen de nuestra ciudad. Detengámonos un momento en la recuperación de nuestro Casco Antiguo: se basó en un modelo de embellecimiento que gustó a los ciudadanos y supuso un hito para la imagen general de nuestra ciudad; con el tiempo no obstante los expertos le achacaron deficiencias como la ya citada demolición y reedición de El Fontán en 1996. El reto de la rehabilitación del Casco histórico no es pacífico, quizás podríamos decir en aras de la equidistancia que siendo la belleza importante para las ciudades, cómo no, la imagen no puede ser el único destino de un proyecto urbanístico bien fundado, y actualmente se hace necesario atajar deficiencias que quizás se soslayaron en pos de tener ese maravilloso Oviedo de postal que supone casi un museo al aire libre para disfrute de nuestros visitantes.

Me detengo un momento en una estructura como la Fábrica de Gas, ejemplo vivo de los inicios de la modernidad en Oviedo y en deplorable estado. Su protección como Patrimonio Industrial, con el magnífico Gasómetro y las enormes posibilidades de uso hacen necesario un debate pausado sobre los posibles usos esta infraestructura.

Un ejemplo ciertamente interesante fue la rehabilitación del edificio del Colegio de Abogados de Oviedo, con su parte al aire que muestra los restos arqueológicos y conjuga modernidad y patrimonio de una manera novedosa en nuestra capital. En conclusión, pienso que se hace necesario revisar el Plan Especial de Reforma Interior del Casco antiguo de Oviedo, ya muy lejano en el tiempo, atendiendo a las necesidades de esponjamiento, de rehabilitación en esa zona aún oscura del Antiguo, diversificación de la oferta y de potenciación de la vitalidad funcional que aumente la calidad de vida de los vecinos.

Otro de los estandartes del centro es el Campo, emblemático pulmón verde de la capital, con categoría a mi juicio de “parque histórico” que debe conservarse de forma impecable, buscando fórmulas para protegerlo, tal vez declarándolo bien de interés cultural, y modificando el planeamiento para su inclusión en el catálogo de bienes protegidos municipales, optando por la fórmula menos gravosa y más garantista dada su ubicación en una zona neurálgica. 

Y para llegar a ese centro hemos de cruzar la que algunos llaman “puerta de Asturias”. La imagen que en estos momentos presenta la entrada a Oviedo, aun en obras, paralizadas judicialmente, es muy poco ejemplar.

Hemos perdido la cuenta de los proyectos que quedaron para archivo municipal, previas coloridas representaciones: el Museo de la Colección Masaveu; el parking del mismo Grupo; Facultad de Bellas Artes; Casa Consistorial; Palacio de Congresos, de Artes, de Justicia, con acuerdo del Consejo de Gobierno y fecha de inicio de las obras, la adquisición de la parcela por parte del Gobierno del Principado para hacer un concurso para unificar las sedes judiciales dispersas por la ciudad; aquel Plan de alquiler que acabó en la Comisión Europea... Las trillizas! Un ejemplo claro de falta de planificación urbanística, indefinición de necesidades y objetivos y grandonismo.

En fechas recientes hemos conocido que la iniciativa privada Gran Bulevar Espacio Residencial ha adquirido los equipamientos y  han presentado el proyecto en el Ayuntamiento con una interesante inversión, que esperemos que al menos incumpla esa “maldición” de la parcela de Jovellanos y consiga dar uso a este claro ejemplo de desarrollo fallido.

En relación a los barrios de Oviedo y después del avance producido en los últimos años del Siglo XX en cuanto a su cohesión social y territorial con el centro de la ciudad, es vital atender la degradación progresiva que como consecuencia de la falta de un plan de mantenimiento e inversiones se ha producido.

Quiero añadir, y es una critica, que el crecimiento urbano de la ciudad de Oviedo hacia el Este, se aceleró en los últimos decenios debido sobre todo a las actuaciones de SOGEPSA, pero no se planificaron paralelamente los servicios, cuestión que se acrecienta con la presencia del Hospital Central de Asturias en La Cadellada, que exige nuevas consideraciones urbanísticas para compatibilizar con éxito este gran equipamiento sanitario con el resto de usos de su entorno y el incremento de la presión demográfica prevista a largo plazo, con su consecuente necesidad de equipamientos.

La falta de consideración y proyecto a largo plazo también se ha visto en el abandono culpable de la Fábrica de Loza, con su declaración como BIC retirada por la justicia y que da una imagen deplorable de decadencia en la zona de San Claudio.

En relación a estas zonas de expansión de Oviedo, limítrofes con los barrios, deberían existir previsiones lo suficientemente favorecedoras del crecimiento edificatorio sostenible, y ajustado con flexibilidad a las fluctuaciones del mercado inmobiliario.

En definitiva, es imprescindible tener una visión integral de Oviedo y cohesionar más los barrios, lo que sin duda potenciará su crecimiento económico, siempre desde una perspectiva dimensionada y flexible.

Y finalmente, los dos grandes huecos estratégicos de Oviedo, el Cristo Buenavista y los terrenos de la fábrica de la Vega:

EL CRISTO-BUENAVISTA y LA VEGA.

En el año 2002 y de manera inexplicada, el gobierno de Asturias decide rechazar los 180.000 millones de las antiguas pesetas que ofrecía el gobierno de España para la reforma integral del HUCA en El Cristo, optando por uno nuevo en La Cadellada, con cargo exclusivo al erario de todos los asturianos. Este es el punto de partida de algunos de los males que hoy vive la zona de El Cristo y la propia Cadellada, y Oviedo en definitiva.

Tras múltiples retrasos, también sobrecostes y hasta cinco inauguraciones ficticias, el nuevo hospital se pone en funcionamiento en junio de 2014. Así pues y como primera reflexión: ya se sabía desde 2002 que el complejo hospitalario de El Cristo se moría, por traslado, un montón de años que debieron aprovecharse para prever, planificar siquiera minimamente un futuro para un barrio que iba a perder su motor: 17 edificios que durante décadas fueron el soporte y centro neurálgico de la zona Oeste de Oviedo; porque además, algunos, y me refiero de manera especial a los vecinos, advirtieron sin descanso que este cambio de ubicación tendría una indudable repercusión en la zona, como así ha sido.

Hoy el cierre de locales, la bajada en el precio de las viviendas, de alquileres, son el pan nuestro de cada día, incluso las menores frecuencias en las líneas de autobús. Y mientras tanto, la crónica de un intento de engaño continuado.

En octubre de 2013, y en la Junta General del Principado, la Consejera se comprometió a presentar “en el plazo de una semana” una propuesta de ordenación para los terrenos. Nada.

Un año más tarde, y a siete meses de las elecciones autonómicas y locales, la Consejera anuncia su plan para estos terrenos e incluso se permitió prometer que iniciaría con carácter inmediato la redacción de los proyectos para dar usos provisionales a los terrenos del antiguo HUCA en El Cristo. No hay usos provisionales.

Y si vamos a los procesos de participación; ya me he referido al Comité de Sabios, pero sumemos:

¿Hasta cuando vamos a marear la perdiz? Porque les hago una reflexión mas: si recientemente en sede parlamentaria, la consejera afirma que no tiene los 52 millones que requiere dar respuesta al problema por lo que puede concluirse que sabe lo que se va a hacer porque incluso lo cuantifica. ¿A qué los procesos de participación? Estamos ante la historia de un despropósito en un hueco estratégico de nuestra ciudad.

Voy a ser más breve en lo relativo a la fabrica de Armas, 120.000 m2 de titularidad estatal, abandonados tras el desmantelamiento de nuestra industria armamentística pero sobre la que, al momento presente, no hay propuestas concretas. Será entonces, en su caso, cuando nos pronunciaremos

2.2.- EL OVIEDO DE LA UNIVERSIDAD

Quiero hacer una referencia a la Universidad. La Universidad es también el alma mater de Oviedo y no puede ser ajena al proyecto de ciudad del futuro.  La ciudad tiene que abordar el reto de incorporar la Universidad a su diseño y ha de acometer una gran propuesta: la reordenación de sus campus y la concentración de las facultades que tiene repartidas por la ciudad en parte de los terrenos liberados, evitando así la dispersión de las facultades de Llamaquique (Ciencias, Geología y Formación del Profesorado y Educación), los Catalanes (Escuela de Ingeniería Informática) y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas. Creo que merece la pena estudiarse.

Hay una propuesta, de la propia Universidad, que conocimos el pasado 28 de enero de 2015, planteando la construcción de cinco edificios en el viejo Hospital, que concentraría los citados campus de Llamaquique, Catalanes y Minas, que parece que ha sido trasladada al gobierno y que merece un análisis riguroso, porque en el Oviedo del siglo XXI debe estar la Universidad del siglo XXI

3. LA MOVILIDAD EN OVIEDO, GRAN RETO DEL S. XXI

Por su íntima relación con el Urbanismo quiero referirme de manera breve al problema de las Comunicaciones, lo que podemos denominar el gran reto de la movilidad, porque ciertamente, a medida que pasa el tiempo, que ya son años, la solución es cada vez más urgente.

A. La “Y” y accesos

Este es un ASUNTO tan viejo como irresuelto, donde se conjuga la necesidad de dar respuesta a dos problemas.

Por un lado: no podemos obviar el daño que para la basílica de San Julián de los Prados, joya prerrománica de principios del siglo IX, supone convivir con el gran acceso a Oviedo por la “Y”, con picos de contaminación en determinados momentos del año verdaderamente preocupantes. Como saben, el año pasado bordeamos el incumplimiento de la normativa europea, lo que nos habría situado como punto negro ambiental. 

Por otro lado tampoco podemos olvidar la extraordinaria peripecia que supone para un conductor llegar a Oviedo e intentar aparcar.

Por ambas razones considero urgente el bulevar a la entrada de Oviedo por la autopista “Y”, que permita ensamblar e integrar, “coser” literalmente, dos barrios hoy separados por una enorme cicatriz de asfalto; respetuoso con el medio ambiente, y con árboles, carril bici, semáforos, rotondas y entradas y salidas a uno y otro lado que alivien la masiva llegada de coches que se produce ahora en la plaza de la Cruz Roja y a la vez acabe con la agresión acústica y de vibraciones a la joya prerrománica de la iglesia de Santullano.

Ha de hacerse un proyecto avalado por los técnicos en el que se separe la carretera de la iglesia de Santullano para pegarla al muro de la antigua fábrica de armas de La Vega, para preservar el monumento de humos, ruidos y vibraciones.

B. Ronda Norte.

A la hora de subrayar la importancia de esta infraestructura es necesario tener presente una realidad, y es que Oviedo es la única capital española que carece de Ronda de Circunvalación, una arteria fundamental para completar la trama urbana de Oviedo y eliminar los colapsos de tráfico que soportan los ovetenses. De manera muy especial servirá para descongestionar los tráficos de las zonas de La Argañosa, Vallobín y Ciudad Naranco, conectando la “Y” con los barrios del norte y el oeste de la Ciudad.

Y es que como no hay Ronda Norte todo el tráfico se traslada por el Naranco, generando continuos atascos hacia los embudos en las dos salidas de esta zona, que además de a los vecinos dan servicio a numerosos colegios ovetenses con sus respectivos autobuses y padres en el coche: el puente de Nicolás Soria y la glorieta del antiguo campo de fútbol Luis Oliver y salida a la AS-II. Es un problema que existe desde hace años, y la salida de Prados de la Fuente, que pretendía descongestionar la zona tan sólo supuso mas trafico de modo que los vecinos aprovechan esta entrada para cruzar hasta La Florida, Vallobín, Las Campas o La Ería evitando atravesar la avenida de Santander, uno de los puntos de Oviedo con más retenciones.

Este proyecto tiene su historia, porque fue ideado hace mas de una década con la visión de futuro de hacer frente a los problemas que antes enumeré, que alcanzaron su "culmen" cuando con la autovía AS-II en servicio comienza a funcionar el nuevo HUCA sin accesos debidamente programados, lo que convirtió el trafico en un infierno cotidiano para los vecinos de La Corredoria, Teatinos, Pumarín, La Monxina, Prados de La Fuente, Ciudad Naranco, la Argañosa, Vallobín, La Florida, Las Campas, San Claudio, los pueblos de la falda del Naranco y los barrios del centro norte de la ciudad.

Si tenemos en cuenta que el proyecto se incluyó en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2001 con una primera partida presupuestaria de 150 millones de pesetas, que permitió redactar el Estudio Informativo del trazado, no se entiende, más que por razones políticas, la parálisis 16 años después, de esta infraestructura. Porque digo mas: el proyecto se sometió a información publica en 2002, se aprobó provisionalmente en 2003, la Ronda Norte quedó incluida en el catálogo de carreteras del Estado aprobado por el Real Decreto en 2003, se remitió de Fomento a Medio Ambiente para declaración de impacto ambiental, ya definido con una longitud de 6,58 kilómetros y un presupuesto de ejecución de 74,63 millones de euros. Y desde entonces la Ronda Norte de Oviedo no tuvo más tramitación, hasta que en 2006, la nueva Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, suprimió la correspondiente consignación en los Presupuestos. Repito, esto es una realidad, quien lo impulsó, Francisco Álvarez-Cascos, y quien lo cercenó, Magdalena Álvarez, y como es una realidad resiste toda prueba de algodón.

Sí quisiera finalizar subrayando la necesidad de un consenso político, porque la infraestructura es vital.

Y si la Ronda Norte es vital, también lo es la conexión del nuevo HUCA con la AS-II, para evitar "el colapso circulatorio" en torno al nuevo Hospital y en la zona oeste de la ciudad.

La puesta en servicio del HUCA sin el enlace a la AS-II -junto con la ausencia en aquel momento del enlace con la Ycon la Monxina Corredoria, hoy subsanados- y el retraso en su articulación con la imprescindible Ronda Norte, es un gravísimo problema para esta ciudad que los responsables actuales parecen ignorar pese a ser una infraestructura imprescindible para evitar un colapso que afecta a varias decenas de miles de ovetenses que habitan al norte de la ciudad.

Es vital completar este anillo perimetral.

4.- FUTURO: PINCELADA AL ÁREA METROPOLITANA

Quiero referirme para finalizar al reciente debate acerca del Documento de Directrices de Ordenación del Área Central presentado el pasado 16 de marzo, con una primera pregunta ¿El Área Metropolitana aporta algo nuevo  al Oviedo del futuro? Yo no he encontrado ninguna para Oviedo y sí una propuesta de recentralización meramente burocrática. Estamos ante otro chiringuito más,  que se convertirá en nueva sede del clientelismo rampante que asola a la Administración del Principado. Y seguramente por ello, entre otras razones, el documento ha suscitado un rechazo generalizado por parte de partidos y ayuntamientos de todo signo, incluidos los del PSOE.

Esta misma semana hemos leído que la consejera del ramo anuncia que el proceso para su redacción se ha iniciado con la decisión del Consejo de Gobierno de autorizar con ese fin un gasto de 450.000 euros en tres anualidades: “la inversión permitirá dotar a la administración regional de una herramienta útil para la política de movilidad del AMA”, señala la consejera en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consejo de Gobierno, y añade que “este plan trata de buscar soluciones para “uno de los mayores desafíos del Área Metropolitana: poner freno al uso del vehículo privado frente al transporte público, que debe ganar terreno”. En su opinión, es preciso mejorar la dinámica metropolitana y crear un entorno más amable y saludable frente a un deterioro que muchas veces va vinculado a la movilidad.

Y si es para esto el Área Metropolitana, ¿Para qué gastar casi 1.500.000 € en otro documento si ya tenemos formado y funcionando el Consorcio de Transportes? ¿O es que los gobernantes del Principado aún no saben que es eso y como funciona?

Dos reflexiones más:

Es evidente que todo esto, en un contexto, en el que desde el minuto 1 no se contó con las Corporaciones Locales y de la propia Federación Asturiana de Concejos, ha llevado a una petición de revisión partiendo de la premisa innegociable de un dialogo y acuerdo entre administraciones. Porque la ambiciosa literatura del Documento, repito, literatura, ni siquiera se corresponde con el momento económico que vivimos; tal vez por ello alcaldes –y no de mi partido- plantearon las grandes cuestiones: la necesidad de proyectos e inversiones, la necesidad de definir cuales son los objetivos, la necesidad de dinero para desarrollar esa literatura, la prioridad de crear empleo y no mas entes o lo innecesario de un nuevo consorcio, entre otros.

Yo lo comparto, y añado además que creo que estamos ante el enésimo papelito encargado por contrato menor, y por supuesto sin memoria económica, para distraer la atención sobre los grandes retos, problemas o necesidades, que la misma cosa son: El Cristo, La Vega... y en definitiva el largo etc. al que me he referido.

Termino; he descrito una seria de problemas reales, que en la medida en que no se resuelvan serán un gran lastre para nuestra ciudad, que es capital, en sus dos acepciones. Si en estos momentos hay un gran reto es despertar a Oviedo de la “siesta”, de una siesta casi impuesta, incluso de manera sibilina, para acometer la parálisis de una ciudad sin cabeza y sin liderazgo ciudadano; sin rumbo colectivo ni directrices asumidas por sus habitantes. Para ello es necesario una actitud rebelde.

Muchas gracias.