Por Isidro M. Oblanca, en El Comercio

La vicepresidenta Teresa Ribera abrió el curso parlamentario para tratar de dar explicaciones sobre la sucesión de subidas del recibo de la luz a lo largo del mes de agosto, que han arrastrado a todos los españoles al pago de unos precios que han disparado la factura, penalizado severamente la cesta de la compra y castigado la creación de empleo que, en el caso de Asturias, tiene su reflejo en el paro juvenil, el mayor de toda la Unión Europea.

La comparecencia de la responsable del Ministerio para la Transición Ecológica, de cuyas andanzas lupinas también saben los ganaderos, nos dejó como gran aportación la propuesta de una comisión para estudiar la factura de la luz. Llama la atención que hayan tenido que pasar más de tres años y no sé cuántos récords para concluir que la solución del disparate eléctrico que sufre España pasa por formalizar y crear una comisión con la que, en lugar de aplicar reformas legislativas urgentes, entretener al personal a la par que se dispara la inflación, persiste la escalada de precios y se zarandea la economía a todos los niveles mientras los especuladores continúan forrándose.

El camelo es de colosal magnitud y sorprende que nadie haya caído en la cuenta de que fue el propio Ejecutivo de Pedro Sánchez el que trituró el excelente trabajo realizado en 2018 por un amplio conjunto de expertos propuestos por todos los grupos parlamentarios y aprobado de forma consensuada bajo el título ‘Comisión de expertos sobre escenarios de transición energética. Análisis y propuestas para la descarbonización’.

Y es que, tras la moción de censura a Rajoy, la llegada del nuevo presidente a La Moncloa se acompañó de un aviso urgente a la Unión Europea para advertirle de la intención de dar un inmediato giro a la política energética en nuestro país, despreciando el meticuloso informe de los especialistas. Así nos luce lo de la luz a los españoles, tres años y pico después, camino del apagón.

“Las andanzas energéticas del Gobierno han tenido negativas consecuencias en unas cuencas condenadas a la desertización”

En Asturias, las andanzas energéticas del Gobierno han tenido negativas consecuencias en unas cuencas condenadas a la desertización a cuenta de la denominada ‘transición justa’ que, al alimón con la minería, se llevó por delante las centrales térmicas de generación eléctrica sin alternativa socioeconómica para las comarcas en las que estaban implantadas y con la correspondiente destrucción de empleo.

“De no menor repercusión fue el culebrón del estatuto del consumidor electrointensivo tras dos años mareando la perdiz”

De no menor repercusión fue el culebrón del estatuto del consumidor electrointensivo tras dos años mareando la perdiz con repercusiones en la industria, o la incertidumbre derivada del trato en la compensación del CO2 que nos discrimina gravemente en relación con otros países homólogos de España, caso de Francia o Alemania.

En definitiva, en torno a la política energética persistirán los problemas y, lamentablemente se agravarán mientras en España haya un Gobierno exhibiendo su radicalidad ante el mundo mientras la sociedad se empobrece a pasos agigantados. El facturón de la luz lo acredita y sigue, sigue, sigue…

Date de alta y recibe cómodamente en tu email nuestro boletín .