LES MADREÑES DE

Anécdotas populares de Colunga...

ANECDOTAS POPULARES DE COLUNGA:
de Libardón…

LES MADREÑES DE “FERMU”

Bajó un jueves Fermu el del Esllabayu – que por cierto era el padre de nuestro famosu Vique el del violín - a Colunga al mercau, y por no entrar en la villa de madreñes (costumbre muy extendida entonces, pues se dejaban en alguna casa conocida o escondidas en lugar seguro, por ser ya la carretera buena sin charcos ni barro, y por comodidad, se iba en zapatilles más comodas para asfalto o bien los había que las cambiaban por unos zapatos bien brillantes para no desentonar con la idumentaria festiva del jueves ) escondioles en el peñón de la Riera al lau de la carretera, a unos dos kilómetros y medio de Colunga más o menos y a unos 7 u 8 de Libardón.

Hechu el mercau y ya de vuelta pa Libardón, alcanzalu D. Celestino (Médico que fue de Libardón 40 años 1.907-47), con el coche, más que novedoso artilugio en aquellos no tan felices veinte por estos lares, y más propio de gente adinerada o Indianos que de un modesto médico de pueblo, Taquín arriba ya entre Casa Toyos y La Riera, hombre abnegado y vocacional en extremo –justo por eso consiguió con grandes sacrificios suyos y ayudas de donde pudo un coche tan necesario que utilizaba para trasladar los enfermos de su dispersa parroquia o ir bien a Colunga o a Infiesto a cualquier hora del día o de la noche por medicamentos - dedicado a los demás que incluso cuando la situación económica del enfermo lo requería, lo que en la época era bastante habitual, pagaba los caros remedios de la farmacia él mismo, pasando incluso su familia apuros, hombre querido y respetado en extremo, al jubilarse la Sociedad de Fomento le cedió en usufructo la casa donde vivía para él y sus hijas que fueron nombradas socias honorarias de la Sociedad al fallecimiento de su padre en 1.955).

Hombre atento y servicial D. Celestino como pocos, para el coche y le dice a Fermu que si va pa Libardón que suba, y aunque parece que Fermu en principio desconfía un tanto de tan fantasmal ruidoso y poco visto artefacto, después de pensárselo un poco y más que nada por aquello de no hacer un feo a D. Celestino, sube y en un abrir y cerrar de ojos La Riera, la Ferrería, Agüera de Abajo, Agüera de Arriba, Balanguina, l´Abá ….se encuentra ya delante la Nava.

Da las gracias con mucha reverencia y formalidad a D. Celestino y enfila carretera abajo…

Extrañose D. Celestino, del camino que tomaba, puesto que Fermu era del Esllabayu y al verle otra vez carretera abajo cuando debiera haber sido al revés, un tanto extrañado le dice:

Fermu ¿A dónde vas ahora?
Po les madreñes…
Y ¿onde les tienes? 
En el Peñon de la Riera…
Y entonces ¿Cómo no me lo dijiste cuando pasamos por allí?
Por non facei un trastornu don Celestino, además yo non sabía que estos cosos podín parar onde un quisiera…

Esto según parece es una anécdota real, al menos los protagonistas lo son, así me la contaron y así se la cuento…