La Consejería de Educación mejorará el diagnóstico de las altas capacidades a partir del próximo curso, con un estudio sistemático en primero de Primaria en los centros sostenidos con fondos públicos. El Principado remitirá a los centros dos cuestionarios diferentes: uno para las familias y otro para el profesorado, que permitirán analizar los indicios en el alumnado. Con los resultados recabados, se abrirá una base de datos que servirá para el seguimiento de los casos y para comprobar si se consolidan.

El análisis, que se desarrollará todos los años, será una herramienta al servicio del profesorado de aula, que podrá focalizar la observación del alumnado de altas capacidades y solicitar evaluaciones psicopedagógicas si lo considera oportuno. Será, por tanto, un primer nivel de detección.

Así lo ha explicado esta tarde la consejera, Lydia Espina, en una respuesta a una pregunta planteada en la Junta General. “La detección y seguimiento del alumnado de altas capacidades se encuentran dentro del marco de atención a la diversidad”, ha señalado la titular de Educación. “Nuestra prioridad es trabajar por y para todo nuestro alumnado, propiciando una respuesta que permita abordar su proyecto educativo con las máximas garantías”, ha agregado.

Espina ha indicado que, dentro del equipo regional para la atención del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, existe una unidad de altas capacidades integrada por dos especialistas. También ha explicado que la ampliación prevista de este equipo regional redundará en la mejora del trabajo de la citada unidad, que trabaja de manera coordinada con los servicios de orientación de los centros.

La consejera también ha detallado los recursos existentes, como la Guía altas capacidades en el contexto escolar: pautas de intervención para familias y profesorado, elaborada hace cuatro cursos, y ha subrayado que los diagnósticos se han incrementado en los últimos años.