El consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Guillermo Martínez, ha asegurado hoy en la Junta General que el Gobierno de Asturias “movilizó y coordinó todos los medios disponibles para hacer frente a los incendios forestales de diciembre de 2015”. También ha insistido en que la comunidad dispone de protocolos efectivos, profesionales cualificados y medios humanos y materiales suficientes para hacer frente a las emergencias.

Según ha recordado en la comisión que investiga aquel episodio, la prioridad del Ejecutivo fue siempre “la protección de los residentes en los municipios afectados, sus bienes y el entorno natural, preservando a la vez la seguridad de los profesionales”.

En su intervención, Martínez ha detallado la actuación que se llevó a cabo para poner fin a 16 días de emergencia que afectaron en diferente medida a 58 de los 78 concejos asturianos. En este sentido, ha precisado que en algunas jornadas se simultanearon más de un centenar de focos y que en el primer día fue necesario activar tres niveles del Plan de Protección Civil de Emergencias por Incendios Forestales (Infopa) en menos de nueve horas: el nivel 0, con 30 incendios, a las 12:28; el nivel 1, con 50 fuegos, a las 19:25 y el nivel 2, con 100 focos, a las 21 horas.

“Actuamos de manera coordinada con todos los equipos humanos y administraciones que participaron en la labores de extinción para dar la respuesta más adecuada, llegando a movilizar en algunos momentos a más de 400 personas entre bomberos y auxiliares del SEPA, miembros de la Unidad Militar de Emergencias y trabajadores de empresas y cooperativas forestales, a los que se sumaron las fuerzas y cuerpos de seguridad”, ha relatado. A su juicio, este operativo permitió afrontar “con profesionalidad y diligencia” una situación extraordinaria.

El responsable de Presidencia, que ya compareció a petición propia en la Junta General el 1 de febrero de 2016 para informar sobre la ola de incendios, ha incidido en el carácter excepcional de aquel episodio. “Se produjeron diversos factores coincidentes en el tiempo que agravaron sus consecuencias y su duración temporal”, ha señalado. De hecho, el avance del documento Análisis de los grandes incendios en el Principado en el período 1983-2015, actualmente en elaboración, establece que desde diciembre de 1985, cuando se produjo un incendio en Vegadeo que calcinó 2.250 hectáreas, no se había registrado un último mes del año tan devastador como el de 2015.

“La gravedad de la situación a la que nos enfrentamos queda reflejada en la virulencia de incendios como el de Brañalibrel y en la simultaneidad y profusión de fuegos en diferentes puntos, como ocurrió el día 20 de diciembre, cuando llegaron a registrarse hasta 133”, ha rememorado. Además, ha destacado que las condiciones meteorológicas de entonces son muy poco habituales durante esa época del año. “Tuvimos el segundo diciembre más seco desde 1981, a lo que se unieron fuertes ráfagas de viento sur superiores a los 100 kilómetros por hora, que precipitaron la rápida propagación del fuego”, ha añadido.

Durante la emergencia, las brigadas de investigación (Bripas) abrieron 56 informes y analizaron 9.343 hectáreas, el 74,03% de la superficie total quemada. Esos análisis determinan que los incendios fueron intencionados en el 91% de los casos.

Según los datos estadísticos, la media de incendios en Asturias en un mes de diciembre, antes de 2015, era de 50, con una superficie dañada de 190,40 hectáreas. Sin embargo, en el último mes de ese año hubo 573 fuegos, con un terreno afectado a de 16.055,22 hectáreas.

En concreto, del 19 de diciembre de 2015 al 3 de enero de 2016 se produjeron 386 incendios, que afectaron a 12.620,12 hectáreas, una extensión equivalente a la superficie de municipios como Parres y Castropol, según los informes del SEPA, que han sido remitidos a la comisión parlamentaria.

De esos 386 fuegos, 380 se produjeron entre el 19 y el 31 de diciembre y el resto en los tres primeros días de 2016. En cuanto al tipo, 110 tuvieron la categoría de conatos y afectaron a una superficie inferior a una hectárea, y 276 quemaron más de 10.000 metros cuadrados.

Entre estos últimos, por su dimensión y virulencia, los más importantes se desarrollaron en Brañalibrel -con 2.554 hectáreas y cuatro concejos afectados: Boal, El Franco, Tapia de Casariego y Castropol-, y en Tineo, con 575,24 hectáreas. Ambos se enmarcan en la categoría de grandes incendios forestales. Respecto al tipo de superficie afectada, el 33,67% fue arbolada, exactamente 4.284,71 hectáreas, y el 66,33% no arbolada, equivalente a 8.371,41 hectáreas.

Para hacer frente a esta situación, el Ejecutivo desplegó todos los medios humanos y materiales disponibles, de acuerdo con la evolución de los acontecimientos y los niveles previstos en el Infopa. Además, el SEPA solicitó ya el día 18 de diciembre la colaboración de los guardas del medio natural para la vigilancia de incendios.

Los medios humanos que participaron en las labores de extinción fueron los siguientes:

   - El SEPA movilizó una media de 86,63 efectivos por día entre bomberos y auxiliares, con un máximo de 108 personas el 28 de diciembre, lo que supone un 71% más que los recursos ordinarios para esa jornada. Se reforzaron todos los parques y se readaptaron todos los equipos para dejar los mínimos operativos con que dar cobertura el resto de emergencias que habitualmente se producen.

Respecto a los medios materiales, se utilizaron todos los vehículos y equipos terrestres y aéreos, entre ellos los tres helicópteros del SEPA y dos hidroaviones enviados por el ministerio, que participaron los días 21 y 22 de diciembre en las labores de extinción del fuego en El Franco. Las naves realizaron 64 descargas durante 25,5 horas de vuelo y arrojaron unos 320.000 litros de agua.

Asimismo, se instalaron tres Puestos de Mando Avanzado (PMA): el 19 de diciembre en La Caridad, y el día 28 en Soto de Ribera y en la urbanización de La Fresneda, desde donde se coordinaron los diferentes medios operativos desplegados para combatir los incendios. El de La Caridad permaneció operativo hasta el 24 de diciembre, día en el que se consideró totalmente controlado el fuego en la zona.

Además de la movilización de la plantilla propia de bomberos para atender la emergencia forestal y mantener cubiertos el resto de servicios con los mínimos operativos requeridos, también se reforzó la sala del 112 con más personal en labores de supervisión y coordinación.

Guillermo Martínez ha mostrado su “agradecimiento a la profesionalidad y entrega” de los medios humanos movilizados por el SEPA y por el resto de entidades: empresas y cooperativas forestales, la Delegación del Gobierno, el Ministerio de Agricultura, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, el Quinto Batallón de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), los bomberos de la localidad lucense de Barreiros, la Guardería del Medio Natural del Principado, ayuntamientos, policías locales, voluntarios de protección civil, y todos los vecinos de los municipios afectados que prestaron su ayuda.

El responsable de Presidencia ha valorado, por último, la “máxima transparencia” con que ha actuado en todo momento el Gobierno de Asturias, que trasladó puntualmente a la ciudadanía los datos disponibles sobre la evolución de los incendios. Asimismo, ha reiterado su voluntad de colaborar con la comisión parlamentaria que investiga los incendios, a la que se han trasladado más de 44.000 folios de documentación, y ha subrayado la cooperación del Principado con la investigación abierta por la Fiscalía.

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