Omar Pardo: Centenario de la consagración de Colunga al Sagrado Corazón de Jesús

O poco menos, ya saben aquello que el tiempo cuerre que ye una barbaridad, o que “Tempus fugit” que diría uno con estudios, que poco más o menos viene a ser lo mismo.

Y digo que poco más o menos porque aún quedan cuatro años para el Centenario, pero en fin, que sabiendo como van por aquí las cosas y en la coyuntura que nos movemos ahora, no está de más avisar un poco antes.

Pues sí, ya ven, la consagración de Colunga al Sagrado Corazón de Jesús tuvo lugar el 12 de marzo de 1928 y concentró en la plaza de la Iglesia a más de 5000 asistentes presididos por el Obispo de la Diócesis D. Juan Bautista Luis con la asistencia de las autoridades locales y los sacerdotes de las parroquias vecinas.

D. Rosendo Lorenzo, párroco de Sales
D, José Villarica, párroco de La Riera
D. Celestino López, párroco de Gobiendes
D. Constantino González, párroco de La Isla
D. Victorio Cuervo, párroco de Lastres
D. Alfredo Álvarez, párroco de Libardón y Arcipreste
D. José Gómez, párroco de Lue
D. Santos Cortina, párroco de La Llera
D. Secundino López, párroco de Pernús
D. Francisco Alonso, párroco de Pivierda
D. Joaquín Flórez, párroco de Carrandi
D. José Cabo, párroco de Colunga
D. Francisco Suárez, coadjutor organista de Colunga
D. Sandalio Menéndez, párroco de San Juan

Se erigió la estatua del Corazón de Jesús en la parte exterior del templo parroquial, o sea que en principio el monumento quedaba a la izquierda de la misma sobre una gran columna donde podía leerse:

«Solemne entronización del Corazón de Jesús, con motivo de la terminación de las Misiones celebradas por los padres dominicos en esta localidad costeada por los herederos de doña Vicenta Caveda Isla».

En la fachada del templo, una lápida dice: “El Arciprestazgo de Colunga se consagró al Sagrado Corazón de Jesús el día 12 de marzo de 1928”.

Pero, y aquí siempre suele haber un “pero” en la Guerra Civil, Colunga quedó dentro del territorio republicano hasta la caída del frente norte, y claro, dada la afición de aquel personal a quemar iglesias y destrozar todo el Santoral que se ponía por delante, pues como no podía ser de otra manera, los milicianos asaltaron la iglesia, sacaron todas las imágenes y los retablos, y los quemaron en la calle para que todo el pueblo lo viera.

Solo se salvó una imagen del Niño Jesús que alguien logró rescatar a tiempo, así pues todo lo que hay ahora son retablos e imágenes modernas, así que del mismo modo, el monumento del Corazón de Cristo fue profanado y destrozado también.

Acabada la guerra, se volvió a colocar una escultura del Sagrado Corazón sobre la puerta principal del templo, delante de la torre en la que se puede leer lo siguiente en una lápida en la fachada:

“En acto de desagravio se reentronizó la sagrada imagen el día 29 de junio de 1950”

Y en este lugar, a la entrada de la iglesia, esta imagen del Corazón de Cristo nos invita a entrar y encontrar al mismo Cristo presente en la Eucaristía.
Porque, como alguien ha dicho, lo esencial es el amor de Dios, que nos ama con un corazón humano y que está vivo en la Eucaristía.

Se podían contar más cosas, pero en fin, como esto como solo es para que recuerden que dentro de nada es el centenario, pues bueno…

Ahí tienen unes “semeyes” relativas al tema.