
No es necesario un exhaustivo conocimiento del devenir histórico de nuestro solar para deducir que hasta hace cuatro días como quien dice y desde tiempos inmemoriales ya, se hallaba este fuertemente subordinado a un elitista y reducido grupo de pequeñas familias hidalgas de la nobleza local que controlaron a su antojo durante siglos todos los resortes del poder, tal y como ahora lo hacen las mafias globalistas a través de su putrefacta “demokkracia”.
Nada raro por otra parte, era lo normal dentro de las estructuras jurídicas del Antiguo Régimen, que consiguieron que un reducido grupo de familias hidalgas muy cohesionadas entre sí fueran capaces de mantenerse sin problemas en la cresta de la ola durante generaciones y generaciones si , algo que ya quisieran los nuevos super potentados del Régimen Liberal que en cuestión a veces de horas pasan del cielo al suelo en un santiamén de una manera chirigotera, grotesca, bufa en definitiva en muchas ocasiones y para más I.N.R.I. teniendo que asumir – qué remedio – con paciencia infinita las burlescas consecuencias que ello conlleva.
Es Cobián sin duda el linaje más antiguo y notable de todos ellos con diferencia, el toponímico Cobián -casi todos ellos lo son– del que se tienen referencias ya desde el siglo XI, con origen en la localidad del mismo nombre, aunque con posterioridad como de todos es conocido la rama principal de la familia se asienta hasta hoy en Loja y la secundaria en la propia localidad de Colunga (Palacete renacentista de los Alonso de Cobián) hallándose en la actualidad extendida ya por todo el orbe, principalmente en América, donde es infinitamente más numerosa que en su terruño originario.
Son pues los Cobián, aunque en el papel de “primus inter pares” el principal linaje de la localidad, e incluso ejercieron su hegemonía, por tradición e inercia, imagino, hasta bien entrado el Régimen Liberal, donde no por herencia sino por méritos propios se destacaron personajes tan importantes como el Coronel D. Melchor de Cobián y Miravalles, el abogado y muy noble prócer D. Luis Montoto y Cobián, el mayor benefactor sin duda que tuvo este solar en toda su historia, el sobresaliente jurista D. Víctor Cobián y Junco, cuyos textos aún se usan como manuales en muchas Universidades o el fisiólogo y premio Príncipe de Asturias, D. Francisco Grande y Covián, desaparecido hace aún bien poco, del que poco podemos decir que ya no se sepa.
Son buenos hidalgos los de este linaje y apellido en la villa y concejo de Colunga , los cuales pintan por armas:
1º en oro, un manojo de ortigas de sinople, y 2º en sinople, un castillo de oro mazonado de sable, y a su entrada, un caballero armado de plata y surmontado de un escusón con nueve puntos equipolados, cinco de oro y cuatro de sable. Bordura de gules, con esta leyenda en letras de sable:
“Quien quiso quitar el oro a las armas de Cobian, pague las costas que no se las perdonarán”.
“En un escudo dorado,
vi una torre, y allí están,
de ortigas bien apretado
un manojo, y es Cobián,
según he sido informado”.
0 Comentarios
Esta noticia todavía no tiene comentarios
Comentar la noticia
El email no será publicado