Diversas estaciones asturianas han superado los niveles recomendados de ozono troposférico, lo que pone en riesgo la salud pública. La Coordinadora Ecoloxista exige medidas urgentes ante la falta de protocolos de actuación.
Los niveles de ozono troposférico en Asturias se han disparado en los últimos días, generando una situación preocupante para la salud pública. La combinación de varios días sin lluvias y la persistencia de altas temperaturas ha favorecido el incremento de este contaminante, que se suma a otros ya habituales en la región como el benceno, clasificado como cancerígeno, y las partículas en suspensión.
Según datos del Índice Nacional de Calidad del Aire, publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, diversas estaciones de medición del Principado han registrado concentraciones de ozono (O?) por encima de los umbrales recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con especial riesgo para la población más vulnerable.
Las cifras registradas el día de ayer en varios concejos asturianos fueron las siguientes:
- Mieres (estación del Parque): 164 µg/m³
- Castrillón (Salinas): 161 µg/m³
- San Martín del Rey Aurelio (Blimea): 151 µg/m³
- Langreo (Sama): 149 µg/m³
- Oviedo (Naranco): 138 µg/m³
- Llanes (Niembro): calidad del aire en estado REGULAR
Estos valores superan ampliamente el umbral actual de 100 µg/m³, fijado por la OMS como límite para proteger la salud. Hasta hace poco, el valor guía era de 120 µg/m³, pero estudios recientes han demostrado que incluso niveles más bajos pueden tener efectos nocivos, especialmente en personas con enfermedades respiratorias, niños, mayores y quienes practican ejercicio al aire libre.
El ozono troposférico es un contaminante secundario, ya que no se emite directamente, sino que se forma en la atmósfera a través de reacciones fotoquímicas entre precursores como los óxidos de nitrógeno, el metano y los compuestos orgánicos volátiles, en presencia de radiación solar. Por esta razón, las concentraciones más altas se detectan en zonas rurales y en las periferias urbanas, lejos de las fuentes de emisión.
Desde la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies advierten que el ozono en altas concentraciones no solo afecta a la salud humana, sino que también puede provocar daños en la vegetación, los ecosistemas y es un factor relevante en el contexto del cambio climático.
Las horas de mayor riesgo se sitúan entre el mediodía y el anochecer, por lo que se recomienda evitar la actividad física al aire libre durante ese periodo, sobre todo en los días de mayor radiación.
Pese a la gravedad de los datos, la Coordinadora denuncia la ausencia de un protocolo de actuación en Asturias para este tipo de episodios, lo que consideran una irresponsabilidad institucional en plena emergencia climática.
La organización reclama medidas urgentes y eficaces por parte de las administraciones para proteger la salud pública y garantizar el derecho a respirar un aire limpio en todo el territorio asturiano.
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