FORO considera que la gestión del Parque Nacional debe de respetar y ser cercana a sus habitantes y a sus instituciones locales, que deben de ser atendidos para proteger sus derechos como personas

Sus habitantes tienen que tomar parte mucho más activa en la gestión para superar la perspectiva urbanita y destructiva, que aún no comprende el alcance del tesoro cultural, natural, medioambiental y etnográfico que tenemos los asturianos y los españoles

Una política exclusivamente elitista, orientada a los visitantes, que ignora a los habitantes, solo conduce a la masificación en lugares concretos del Parque Nacional, mientras abandona otros lugares fundamentales a su suerte

Urge un cambio de 180º en el modelo de gestión del Parque Nacional y en el perfil profesional de los titulares para que accedan a los puestos de responsabilidad personas expertas, conocedoras del medio natural a proteger

El presidente de FORO, Pedro Leal, acompañado de los alcaldes de Amieva y Peñamellera Alta, Félix Fernández y José Antonio Roque, respectivamente, y de los presidentes de FORO, Cabrales, Cangas de Onís y Peñamellera Baja, Fernando Nava, Marina Huerta y Roberto González, ha presentado en el Mirador del Pozo de la Oración el Manifiesto de FORO en defensa de los habitantes del Parque Nacional de los Picos de Europa con motivo del I Centenario de su creación.

FORO considera que la gestión del Parque Nacional debe de respetar y ser cercana a sus habitantes y a sus instituciones locales, que deben de ser atendidos para proteger sus derechos como personas. Sus habitantes tienen que tomar parte mucho más activa en la gestión para superar la perspectiva urbanita y destructiva, que aún no comprende el alcance del tesoro cultural, natural, medioambiental y etnográfico que tenemos los asturianos y los españoles.

Una política exclusivamente elitista, orientada a los visitantes, que ignora a los habitantes, solo conduce a la masificación en lugares concretos del Parque Nacional, mientras abandona otros lugares fundamentales a su suerte.

Urge un cambio de 180º en el modelo de gestión del Parque Nacional y en el perfil profesional de los titulares para que accedan a los puestos de responsabilidad personas expertas, conocedoras del medio natural a proteger.

Texto íntegro :

MANIFIESTO DE FORO EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LOS HABITANTES DEL PARQUE NACIONAL DE PICOS DE EUROPA CON MOTIVO DEL I CENTENARIO DE SU CREACIÓN

Las sombras inaceptables de la gestión del Parque Nacional de Picos de Europa

Cuando una nación, como España, y una Comunidad Autónoma, como el Principado de Asturias, celebran el I Centenario del más antiguo de sus Parques Nacionales, y una parte importante de los vecinos que habitan en sus terrenos sienten tal desafección hacia la gestión del organismo publico encargado de su  gestión que les lleva a no sentirse motivados a celebrar nada, las alarmas han de sonar.

Desde hace más de cinco mil años, los pobladores de ésta tierra nuestra conformaron un patrimonio natural único, una riqueza ambiental incomparable, una diversidad inimitable y un paisaje espectacular, el de los Picos de Europa, con huertas, praos de siega, invernales, majadas en los puertos, bosques y también, por qué no decirlo, matorral; con osos, rebecos, urogallos, truchas, salmones, y también, por qué no decirlo, lobos y, recientemente, cormoranes; en definitiva una enorme biodiversidad que actualmente, cien años después de la creación del Parque Nacional de Covadonga, hoy denominado Picos de Europa, se ve amenazada por la desprotección de las personas que viven en su territorio, y de los usos y las costumbres ancestrales que la venían conservando y salvaguardando, en un claro y continuado descuido o desprecio por parte de quienes dicen ser sus “gestores”.

Las ovejas y las cabras están desapareciendo a causa de la imposibilidad de la convivencia con una cantidad absolutamente desproporcionada e incontrolada de lobos que se alimentan con el patrimonio natural y personal que constituye el sustento de sus habitantes. Los daños, directos e indirectos, en desaforado aumento, hacen imposible continuar su labor a muchos ganaderos, que se ven obligados a abandonar su medio de vida. 

Mientras que en países como Francia, los ganaderos de alta montaña son considerados cómo un cuerpo especializado en la conservación del medio natural y su cultura, aquí en Asturias son tratados cómo “adversarios" o “estorbos”. Un espacio sin ganaderos es un espacio menos diverso, abocado al matorral y a un aumento exponencial de la posibilidad de incendios. Y en ese contexto el abandono de saberes tradicionales cómo el manejo del ganado o la elaboración de quesos, es una pérdida patrimonial irreparable de nuestro acervo cultural, agrícola y ganadero que no nos podemos permitir.

Urge un cambio de rumbo de 180º en el modelo de gestión del Parque Nacional y en el perfil profesional y la mentalidad de los titulares de las labores de conservación, para que accedan a los puestos de responsabilidad personas competentes y expertas conocedoras del medio natural a proteger, capaces de entender:

Porque una política exclusivamente elitista o turística, orientada exclusivamente a los visitantes que ignora irresponsablemente a los habitantes, solo conduce a la masificación en lugares concretos del Parque Nacional, mientras abandona otros lugares fundamentales a su suerte, sin ningún tipo de señalización ni asistencia adecuada. El Parque Nacional requiere un modo integral de organizar y ordenar sus carreteras y sus accesos, que resulta indispensable, tanto en los espacios de aproximación como en su interior. Se requieren a su vez, servicios dignos y puntos de información rigurosa para el visitante.

También se echa en falta el reconocimiento, el cuidado y el respeto a la práctica del deporte en el medio natural, cómo las carreras de montaña, que es una actividad sana y lúdica cuyo disfrute es ejemplarmente compatible con la protección del medio ambiente.

Todas estas cuestiones -y algunas más- deben abordarse desde los conocimientos y las perspectivas más cercanas. La gestión del Parque Nacional debe de respetar, primero, y ser cercana, después, a sus habitantes, a sus vecinos y a sus instituciones locales, que deben de ser respetados y atendidos para proteger sus derechos como personas, y tienen que tomar parte mucho más activa en la gestión a la hora de superar esa perspectiva lejana, urbanita, negligente y destructiva, que ignora la visión local y aún no ha alcanzado a comprender el verdadero alcance del tesoro cultural, natural, medioambiental y etnográfico que tenemos los asturianos y los españoles.

En Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Onís, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, a 12 de septiembre de 2018.