El vicepresidente y consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, ha señalado hoy que la Estrategia Asturiana de Acción por el Clima, en la que trabaja su departamento y que se aprobará en 2022, sentará las bases para reducir las emisiones totales de los gases de efecto invernadero en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050, “con medidas de transición energética justa, de rehabilitación de edificios, de movilidad sostenible o de economía circular, entre otras”. El documento también establecerá un modelo de gobernanza “que garantice la participación y colaboración de todos los agentes públicos y privados concernidos”.
Cofiño ha asegurado en la Junta General que el Gobierno de Asturias otorga prioridad a las políticas frente al cambio climático y las sitúa “en el centro del mapa de estrategias, junto con la transformación digital”. Durante su comparecencia, ha subrayado que las iniciativas que está desarrollando el Principado, “más allá de la aprobación de la declaración de la situación de emergencia climática acordada la semana pasada, van encaminadas a asumir objetivos ambiciosos en materia de mitigación y adaptación al cambio climático, a través del desarrollo de la Estrategia Asturiana de Acción por el Clima”.
Además de contribuir a los objetivos europeos y nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la estrategia que elabora la Viceconsejería de Medio Ambiente, “será la respuesta integrada para una transición ecológica justa e inclusiva de todos los sectores que contribuyen al cambio climático, con la planificación de medidas que mejoren la resiliencia regional”, ha señalado el vicepresidente.
“El cambio climático global es una realidad cuyos efectos, perceptibles ya en nuestro entorno más cercano, suponen uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad. La amenaza es de tal magnitud que incluso alcanza a comprometer nuestra propia supervivencia como especie a medio y largo plazo”, ha agregado Cofiño.
Calidad del aire en Gijón
Por otra parte, el vicepresidente ha defendido la eficacia de los planes de calidad del aire desarrollados en Asturias que, según ha indicado, “siempre se han traducido en una reducción gradual de la contaminación y, por tanto, han contribuido a mejorar la calidad atmosférica en las zonas en las que se han aplicado”.
Así, ha subrayado que los planes de 2014 y 2018 para la aglomeración de Gijón han arrojado resultados satisfactorios sobre los niveles de inmisión de las seis estaciones de calidad del aire que forman parte de la red de control del Principado. También ha señalado que durante este año todos los parámetros de las tres estaciones más próximas a la zona oeste (Argentina, Constitución y Montevil) se sitúan dentro de los límites legales, lo mismo que ocurre en otras estaciones de la zona oeste que no pertenecen a la red autonómica.
Asimismo, el consejero ha informado de que a finales de este año estará operativa la nueva estación de medición de la calidad del aire de El Lauredal, que permitirá seguir la evolución de este entorno, donde se producen emisiones fundamentalmente ligadas a la industria y a las actividades portuarias, y, en cierta medida, también al tráfico.
“El plan para mejorar la calidad del aire de la zona oeste de Gijón ya se está llevando a cabo con la mejor disposición de todas las partes implicadas: Gobierno del Principado, Ayuntamiento de Gijón, Autoridad Portuaria de Gijón, Arcelor Mittal y EDP, lo que se traduce en que la mayor parte de las 25 medidas aprobadas ya se hayan puesto en marcha”, ha valorado Cofiño.
El vicepresidente ha afirmado que las iniciativas que producirán una mayor reducción en los niveles de partículas en la zona de El Lauredal serán las relacionadas con los focos de emisiones de los sínter de Arcelor Mittal. En este sentido, ha anunciado que mañana saldrá a información pública la modificación de la medida que consistía en adelantar la inversión prevista para instalar un nuevo filtro en el sínter B secundario de la empresa, ya que no será viable por la inversión de mil millones que realizará la empresa en tecnologías para la descarbonización, lo que llevará consigo la parada definitiva de dicha instalación en 2025.
Por esa razón, Arcelor ha realizado propuestas para un nuevo plan de inversiones enfocado a la mejora de la calidad del aire equivalente al ya aprobado, y que incluye como aspecto más relevante la construcción de una nueva chimenea de 60 metros de altura para el sistema depurador secundario del sínter B, que permita una mejor dispersión de partículas.
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