Otro colaborador estrella de buscolu.com, D.Carlos Roces Felgueroso, nos ofrece una lección magistral sobre la Capilla de San Esteban en el Natahoyo

En el archivo Histórico Provincial de Oviedo, firmado en Gijón el 10 de febrero de 1651, se guarda un documento por el cual los entonces Señores de la Casa de Ramírez, D. Alonso Ramírez de Jove y su esposa Doña Margarita de Valdés Miranda, fundan y dotan la Capilla de San Esteban en el barrio del Natahoyo, en el cual los Se­ñores de la Casa de Ramírez ya eran los poseedores del Coto señorial y jurisdiccional del Natahoyo, jurisdicción adquirida por el entonces Sr. de la Casa de Ramírez, D. Alonso Ramírez de Jove, en 1556, por compra al entonces obispo de Oviedo, D. Cristó­bal de Rojas y Sandoval, y al cabildo de la Catedral de Oviedo, hasta entonces su po­seedor, y como consta en documentos guardados en el Archivo de los Condes de Revi­lIagigedo. Se ve que para esta fecha la capilla ya estaba construida, dado que el escu­do de armas de la fachada de la capilla es de 1648.

Los cuarteles que se ven en el escudo corresponden por este orden a:

Valdés, Miranda Jove, Ramírez Alas, Hevia

Se refieren los dos primeros cuarteles a la fundadora, los interme­dios al fundador y los últimos a antepasados del fundador.

En el interior de la capilla, los arcos de la bóveda se unen con el escu­do de armas de los Jove.

Para la construcción de la capilla se trajeron los restos de las ruinas de una antigua capilia o ermita, que se encontraba en Tremañes.

En el archivo histórico provincial hay un documento fechado en Oviedo el 25 de mayo de 1647 autorizando el traslado de dichos restos, para la construcción en el Natahoyo por los Señores de la Casa de Ramírez, de la nueva ermita, bajo la ad­vocación del protomártir San Esteban.

La capellanía de esta ermita se mantuvo como independiente, hasta que por un auto hecho en Oviedo de fecha 4 de julio de 1788, se fusionó esta capellanía con otras de la familia Ramírez de Jove, como las de la Peña de Francia en Deva, las de los Santos Reyes en la Iglesia de S. Pedro, la de Santa Eulalia en Tremañes, y la de los Santos Mártires San Justo y San Pastor en Sumió.

En esta ermita de San Esteban se celebró el culto religioso hasta la construcción, por la misma familia Ramírez de Jove, de la Iglesia de San Esteban del Mar, actualmente parroquia del mismo nombre en el Natahoyo.

La ermita de San Esteban fue durante siglos punto de referencia para la entrada de los barcos pesqueros en el antiguo Puerto de Gijón.

Un nieto de los fundadores, D. Carlos Miguel Ramírez de Jove Vigil, sería honrado por el Rey Don Felipe V, con fecha 25 de enero de 1707, con el título de Marqués de San Esteban del Mar del Natahoyo.

De este modo la historia de esta ermita de S. Esteban va unida a la fa­milia más vinculada a nuestra villa de Gijón y a la antigua villa Ataulfo, el hoy popular barrio del Natahoyo, sede principal, durante mucho tiempo, de la más importante industria gi­jonesa.

También conviene recordar algún hecho de interés para Gijón, sucedido en  esta Capilla de San Esteban. Tiene relación nada menos que con D. Gaspar Melchor de Jovellanos. Como es bien sabido, el ilustre hijo de Gijón, después de fallecer, había sido enterrado en el cementerio de Puerto de Vega. Lo que quizá no es tan conocido es que “el cadáver de don Gaspar fue trasladado en septiembre de 1815 desde Puerto de Vega a Gijón. Se conserva un cuaderno en el que Domingo García de la Fuente fue anotando lo ocurrido desde el 21, jueves, en que salió de Gijón hasta el 28 en que se dio sepultura a Don Gaspar en el cementerio que él había promovido, para el que había cedido parte de su finca La Atalaya, cercana a la iglesia parroquial, y donde había pedido que se le enterrara.

El viaje a Puerto de Vega lo hizo García de la Fuente entre el 21 y el 23 de septiembre. El domingo 24, a las cuatro de la tarde, se exhumaron los restos, que quedaron colocados sobre un túmulo hasta el día siguiente. El 25 se celebró un oficio de difuntos a las ocho de la mañana, se dio limosna a pobres necesitados, y a las doce, mientras las campanas tocaban a muerto, se inició el viaje de regreso. El día 27 llegaron a Jove a las doce del mediodía, se avisó a Gijón y se formó una procesión desde la capilla de San Esteban del Mar del Natahoyo con doce renteros con hachas encendidas y cuatro más que llevaban la caja con los huesos de don Gaspar, y pasando por la puerta del Real Instituto llegaron a la iglesia de San Pedro, donde se depositó el féretro.”  (Vida y obra de Jovellanos, pp. 619-620).

La trayectoria de esta capilla a lo largo de varios siglos, hace que se trate de un monu­mento, que si bien no es excepcional, no carece de interés histórico para Gijón y sobre todo para el barrio del Natahoyo, cuya memoria merece la pena conservar.

Gijón 11.03.2008