Hasta hoy, el siglo XXI ha sido una sangría inquietantemente evolutiva de Derechos humanos. Dejemos las lamentaciones para iniciar las reparaciones.

Desaprovechamos los impulsos de los 60s, de los 90s, y de las “primaveras”. Nos dejamos debilitar mientras los recortes están empoderando la “sangría”

Basta con una mirada a la actualidad para ver las “botas”. Nuestros “representantes” gesticulan. Los recortes y las “botas” siguen desangrándonos. Paremos la queja. Nos queda esta comunicación: este medio, las redes sociales, iniciativas esperanzadoras … Podemos escucharnos. No es, sin embargo, un muro de contención al despojo que sufrimos. Ahí está el estampido de la “bota” y de los recortes.

No podemos esperar a que nos desposean para darnos cuenta de que hemos perdido el “encuentro” Somos much@s l@s que queremos que pare la hemorragia. No damos la “vuelta” a la tortilla porque no somos capaces de organizarnos.

Lo hacemos, a nuestra manera. Demasiado poco para parar la sangría. ¿Qué puedo hacer yo? Me pregunto y quisiera que te preguntaras. “Se hace camino al andar”, dijo Machado. Comparto el mensaje; tenemos que hacer camino ya mismo ¿Te animas? Hay mucho que hacer y hemos caído en la desesperanza que nos arrastra a las lamentaciones. Necesitamos reservar nuestra energía para consensuar una salida.

No es verdad que tenemos que agotar la legislatura de un gobierno que carece de mayoría de gobierno y que recorta. Somos mayoría l@s que nos oponemos a esas políticas. Visualicémoslo de forma que el mensaje llegue a nuestros “representantes”.

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